Si no fuera porque en la pizarra el profesor había escrito la palabra Jovellanos y porque el libro de Marta, 17 años, estaba abierto por las guerras carlistas, nada distinguiría la clase que impartía Eduardo Rodríguez de un telediario: hablaba de un Estado sacudido por el déficit público que tenía que acudir a la deuda pública, por continuas suspensiones de pagos. Conceptos muy actuales pero relativos a finales del XVIII (inicio de la desamortización de 1798 propiciada por Godoy), y comienzos del XIX (invasión napoleónica). De pronto, el siglo XXI entraba por la puerta del aula.

"¿Cómo estáis? ¿Qué tal?". Letizia Ortiz preguntó a los 25 alumnos de (don) Eduardo. Marta seguía con el libro abierto por las guerras carlistas, aunque acababa de entrar por la puerta una exponente de la paz juancarlista. Preguntó por las vocaciones. Respondieron Ingeniería -"haces bien, porque hacen falta ingenieros en España"-, Arquitectura, Publicidad. Preguntó por las fechas de los exámenes y el profesor, que todavía no los ha corregido, les adelantó su benevolencia.

Fue una de las dos aulas del Instituto de Educación Secundaria Néstor Almendros de Tomares visitadas por la princesa Letizia, que había insistido ante los responsables del centro en que quería apreciar las clases sin ninguna interferencia, con absoluta normalidad. Dentro de lo que cabe, porque la invasión de cámaras -artilugios coherentes en un instituto rotulado con el nombre del cubano que ganó un Óscar de Hollywood a la mejor fotografía- dejaba en pañales la invasión napoleónica evocada por el profesor.

La clase de Historia de España, protagonizada por reyes como Carlos III o Carlos IV, tenía lugar en el aula de Francés presidida por un mapa político de Francia. La France. Regions et Departements. Tiempos en los que España siempre estaba en guerra con Francia, primero con la revolucionaria, después con la napoleónica. Ahora el país vecino nos da una silla. Antes nos daba sillazos.

Tomares se engalanó para recibir a la futura reina de España. Era viernes de mercadillo en esta población de 23.000 habitantes censados, 30.000 residentes según su alcalde, José Luis Sanz. Y la visita de doña Letizia coincidía con la colocación de una gigantesca alfombra roja en la Alameda Santa Eufemia. "Es por la Navidad, pero viene muy bien para la visita de la princesa", decían en la frutería Faustino.

La mayoría femenina era abrumadora. ¿Los hombres están trabajando? "Deben", respondía una señora a la pregunta del periodista. Niños de segundo de Infantil (cuatro años) del colegio Al Andalus 2000 se colocaron en primera fila, cuerda de miradas atónitas, para no perderse nada. A la salida los saludó la princesa. "Querían verla con corona", decía la profesora Mercedes Conejo.

El epicentro de la visita fue la biblioteca del centro. Circular, borgiana, innovadora, objeto de un premio a nivel nacional. Con unos fondos de 1.800 volúmenes. Incluido el Libro de oro del centro en el que Letizia Ortiz estampó su firma. Allí celebró una reunión con personal del centro. A su derecha, el delegado del Gobierno, Juan José López Garzón; a su izquierda, Eva Almunia, secretaria de Estado de Educación.

Durante la visita, a numerosos alumnos los dejaron encerrados en sus clases. Así se lo hicieron saber a los periodistas los escolares de primero de Tecnológica desde el aula. Doña Letizia recorrió las instalaciones del centro ante el entusiasmo general. "A mí que no me pregunten, porque no soy partidaria de la Monarquía", decía una acalorada alumna.

La invitada de honor descubrió una placa conmemorativa. Departió con los niños de segundo de ESO que le hicieron un regalo muy especial. Un libro de cuentos para el cuento que vivieron ayer. En la biblioteca de la Zarzuela colocarán con cariño este volumen de cuentistas de trece años: La niña que no sabía que era princesa (Triana María González), El caracol y el gusano de seda (Marina Pérez Valderas), El árbol cantante (Elena Morillo), La huida de Daniel (Fernando Escribano), Las frutas mágicas (Francesca Genrollén), Eduardito, un ratoncito tontorrón (Ana del Rocío y Luisa Fernanda).