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La "revolución" tecnológica en cirugía robótica llega al Quirónsalud Sagrado Corazón

Un cirujano manipula del robot Da Vinci Xi, ya instalado en un quirófano del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón.

Un cirujano manipula del robot Da Vinci Xi, ya instalado en un quirófano del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón. / M. G.

La nueva era de la cirugía robótica es ya una realidad en el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla. El centro ya está preparado para llevar a cabo las primeras intervenciones quirúrgicas con ayuda de un robot Da Vinci, de la que se beneficiarán tanto los pacientes de este centro como del Infanta Luisa, así como los hospitales del grupo de Andalucía occidental. Una tecnología “revolucionaria” que permitirá operar “con una precisión espectacular”, subraya el jefe de Cirugía General y Aparato Digestivo, Salvador Morales Conde, que liderará, junto a Cirugía Torácica y Urología la implantación  de esta técnica en su cartera de servicios.

Este robot de última generación, en concreto del modelo Xi, que cuenta con la tecnología más avanzada en el campo de la cirugía robótica asistida, será utilizado con especial prioridad en cirugías de patologías de próstata y riñón, cirugías colorrectales, cáncer de pulmón o en intervenciones de ginecología oncológica y benigna.

“Era una de las tres grandes revoluciones de la cirugía que nos faltaba para completar el círculo. La cirugía robótica es, junto a la aplicación de la Inteligencia Artificial, que estamos trabajando en ella, y la cirugía guiada por la imagen, de la que podemos decir que somos referente mundial, la pieza que faltaba para completarnos con todo lo más novedoso que hay ahora mismo en cirugía”, apunta el cirujano.

Detalle de un proceso quirúrgico con el robot. Detalle de un proceso quirúrgico con el robot.

Detalle de un proceso quirúrgico con el robot. / M. G.

En lugar de sus manos, sobre el paciente operará el nuevo robot, dirigido por él a través de una consola. Mientras uno de los brazos de la máquina sostiene la cámara, los otros tres se centran en la intervención quirúrgica haciendo uso de diferentes instrumentos. Detrás, sentado frente a una consola, el cirujano guía los movimientos que tienen que hacer las cuatro extremidades. La máquina “permite trabajar con una visión espectacular y mejorar los movimientos que es capaz de hacer la mano humana, con giros de 360 grados, lo que ayuda a tratar los tejidos corporales con delicadeza, identificar pequeños vasos sanguíneos y nervios, y, en la fase reconstructiva, llegar a ángulos imposibles”, detalla el doctor Morales. 

A esta capacidad de movimiento se une la visión en tres dimensiones. El modelo permite a los cirujanos tener una visión inmersiva ya que la cámara que se introduce en la zona del cuerpo humano a intervenir tiene a su vez dos microcámaras. El cirujano tiene así una visión en 3D real. “Es una de las claves del uso del robot Da Vinci. El estar dotado de un sistema de visión en 3D nos permite un reconocimiento de las estructuras muy superior a las ópticas que estamos acostumbrados”, destaca Juan Leal, especialista en Urología. 

“Evidentemente, la adquisición del robot Da Vinci nos va a permitir mejorar prácticamente en todas las cirugías que ya hacemos de forma endoscópica”, añade.

La cirugía robótica Da Vinci también es una elección altamente recomendable en procedimientos de cirugía torácica. El jefe de servicio en Sagrado Corazón, José Luis López Villalobos, destaca como el robot posibilita hacer cirugías que por la técnica convencional “no se pueden hacer o son tremendamente complejas y largas”.

En este sentido, la reducción de los tiempos, tanto operatorios como de estancias hospitalarias y recuperación del paciente, son otras de las claves del Da Vinci Xi frente al uso de otras técnicas mínimamente invasivas como la laparoscópica. “Para el paciente es más confortable, las estancias son más cortas y se reducen también las secuelas. En nuestro caso hacemos el abordaje robótico con dos heridas, en lugar de las cinco, que se suelen hacer en otros grupos, y eso también repercute en el confort del paciente y su incorporación a su actividad habitual”, detalla el doctor López Villalobos. Otras ventajas son que se reduce considerablemente el sangrado, disminuyendo, por tanto, la necesidad de transfusiones, el dolor y el riesgo de infección postoperatorio.  

Otro de los beneficios derivan de la propia logística de la intervención ya que el cirujano, al operar sentado y con los brazos totalmente apoyados, acusa menor cansancio postural tras largas horas en quirófano, y con él el posible temblor de manos fisiológico, lo que aumenta la seguridad quirúrgica.

“La implantación del Da Vinci, unida a los nuevos quirófanos, recientemente inaugurados, hace que nuestra área quirúrgica sea una de las más avanzadas de nuestra comunidad autónoma. Estoy seguro de que nuestros pacientes y profesionales van a percibir de forma inmediata los beneficios de esta tecnología”, valora el director médico , Alfonso Haya. “Un salto cualitativo muy importante, tanto en parámetros de seguridad del paciente como en seguridad para el cirujano”, concluye.

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