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El secretario municipal dictamina que la actual carrera oficial no merece licencia

  • El alto funcionario del Ayuntamiento analiza en un informe las deficiencias de seguridad del recorrido y evidencia las carencias del proyecto de montaje presentado para 2009 por el Consejo de Hermandades

Un documento oficial e interno que pone negro sobre blanco sobre un asunto en demasiadas ocasiones marcado por dimes y diretes entre las partes implicadas. Un informe jurídico firmado por el secretario general del Ayuntamiento cuestiona desde todos los puntos de vista posibles relacionados con la seguridad el actual modelo de carrera oficial de la Semana Santa.

El análisis y las correspondientes conclusiones que se contienen en dicho informe -que se ha convertido en la herramienta de trabajo básica del gobierno local- son el origen de la polémica entre el Consistorio y el Consejo de Cofradías con vistas a la Semana Santa de 2010. Luis Enrique Flores, alto funcionario municipal, concluye que no debe otorgarse licencia de ocupación de la vía pública al no cumplirse los requisitos legales exigidos ni constar informes técnicos que avalen la actual ordenación de sillas y palcos. Es exclusivamente a partir de este informe cuando el gobierno local tiene claro que no puede seguir asumiendo una situación heredada año tras año, una ordenación de tribunas y parcelas con un aforo para más de 30.000 personas.

El dictamen del secretario se produce a petición de Antonio Rodrigo Torrijos, portavoz municipal de IU-CA y miembro de la Comisión Ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo, que es el organismo que concede la autorización de la ocupación de la vía pública. El informe en cuestión es posterior a la concesión de la autorización para esta última Semana Santa, por lo que su contenido es absolutamente determinante para el próximo año.

Desde el momento en que existe este dictamen, Urbanismo no podrá seguir autorizando más años el actual modelo de la carrera oficial mientras no se tomen una serie de medidas que, cuando menos, acerquen la carrera oficial al espíritu de la normativa autonómica sobre espectáculos públicos de 1982. El margen de maniobra del Ayuntamiento en este asunto queda ya expresamente acotado.

En primer lugar, el secretario municipal justifica la necesidad de que la licencia se renueve anualmente en función de varios razonamientos. Califica la carrera oficial de "utilización especial del dominio público" en la que concurren "circunstancias especiales de peligrosidad, intensidad de uso u otras similares". Todo lo cual obliga a una petición de licencia "previa y expresa" cada año. Ocurre, tal como se pone de manifiesto en el dictamen, que el Consejo de Cofradías aporta una documentación con carencias sustanciales, pues no figura firma alguna de ningún aparejador, ni consta el visado del colegio.

El secretario del Ayuntamiento se apoya en varias ocasiones en los análisis del jefe de Ocupación de la Vía Pública de la Gerencia de Urbanismo, que destaca que la concentración de público en las parcelas de la carrera oficial es de tal calibre que en la práctica llegan a ser como "auténticos graderíos". Este mismo responsable municipal hace constar que el Consejo de Hermandades no ha aportado el proyecto integral de la carrera oficial que le ha sido demandado por escrito en varias ocasiones. El jefe del Negociado de Ocupación de la Vía Pública se queja de la "reiterada aportación de planos que no constituyen un proyecto integral de la implantación en la vía pública de la carrera oficial".

Flores cita expresamente la "preocupación" del técnico de Urbanismo a este respecto. Este último califica la carrera oficial de "espectáculo al aire libre" que llava aparejada "la necesidad de ordenar con asientos un determinado aforo de personas".

El propio fedatario municipal llama la atención sobre los comentarios del técnico de Urbanismo acerca del tipo de personas que pueblan la carrera oficial y su comparación con otros acontecimientos con los que no se guarda relación: "Destaca la singularidad de esta ocupación, en la que abundan niños, ancianos y personas con discapacidad, y que se desarrolla en un tiempo prolongado, frente a las característica normal de otras ocupaciones, que suelen ser de dos o tres horas que dura el evento".

Por supuesto, el informe hace hincapié en la inexistencia de zonas especiales para personas con discapacidad, y alude a las medidas de pasillos de seguridad que no se cumplen y a otros requisitos pendientes. Hay una referencia expresa la necesidad de que los bares "afectados" cuiden también las vías de evacuación del establecimiento en caso de incidentes.

El secretario municipal destaca que el expediente entregado por el Consejo de Cofradías para la carrera oficial de 2009 estaba "formalmente incompleto", por lo que "no debió otorgarse la licencia de ocupación solicitada al no reunirse los requisitos exigidos, ni constar informe técnico favorable para su concesión".

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