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La sombra de Goya es alargada en la plaza de España

  • Encuentro. Un viaje hasta Fuendetodos con Manuel Rico Lara, heredero del mejor XVIII: Carlos III, las Cortes de Cádiz, Pablo de Olavide, Gaspar Melchor de Jovellanos, Goya

La sombra de Goya es alargada en la plaza de España

Los cité en la plaza de España. Dos jóvenes periodistas, Sara y Ximo, querían hablar conmigo sobre Manuel Rico Lara (1931-2013). Nos dirigimos al banco de Madrid donde lo senté hace dos décadas para una serie de perfiles biográficos. La ciudad donde nació tres semanas antes de la proclamación de la Segunda República, hijo de Domingo, gerente de un almacén de mercería y paquetería, y de Simeona, una costurera que llegó a vestir a las infantas.

En ese tránsito de formas de Estado, el niño que nace días antes de que Alfonso XIII coja en Cartagena el barco con dirección a Marsella, a Rico Lara le hubiera encantado participar en la sexta edición de Letras en Sevilla que los últimos días de marzo dedican Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra a ¿Monarquía o República? Un debate de tres siglos. A Rico Lara le gustaba definirse como "monarcano", una mezcla de felipista (de González y de Asturias), azañista y juancarlista… antes de Botswuana.

En la entrada del parque de María Luisa, junto a La Raza y el poema alusivo de Rubén Darío, el nicaragüense que en París puso al día a los poetas españoles, está la glorieta de Goya. Pintor coetáneo de los dos grandes referentes del juez Rico Lara, el peruano Pablo de Olavide y el asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos. Los dos padecieron destierro, como el juez de Menores, aunque en su caso fue un destierro interior, doméstico y miserable, que ríanse ustedes de El Gran Inquisidor de Dostoievski.Caminé con los jóvenes periodistas hasta el banco de Madrid.

El perfil de Rico Lara apareció en este periódico el Domingo de Resurrección de 2002, hace veinte años. Entre el lucense Rafa Salgueiro y el malagueño Gregorio Conejo. En cierta forma, él también había resucitado de su Gólgota particular. Era imposible hablar en el banco de Madrid porque justo en la mitad de este mágico semicírculo con los 48 bancos de España diseñado por Aníbal González el estruendo era ensordecedor.

Del ambiente de Los Gallos al cuadro flamenco en la Sevilla de Aníbal González

Ni Los Gallos en su mejor momento o La Trocha tendrían la expectación que entre el centenar largo de turistas y visitantes despertaba la actuación del cuadro flamenco que montaba su escenario junto a la entrada interior de Capitanía. Seguimos caminando en pos de un banco más tranquilo y llegamos al último, al de Zaragoza. Pero la sombra de Goya es muy alargada en la Plaza de España. Hubo que paralizar el proceso de grabación, porque un torbellino de chiquillos se apoderó del banco, se colocó sobre el mapa donde aparecían Calatayud y Cariñeña y, participantes en una gimcana escolar, dieron al fin con el topónimo que buscaban, Fuendetodos. La población zaragozana donde nació Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828).

El pintor de los Desastres de la Guerra murió a los 82 años. Los mismos que vivió su entusiasta admirador Rico Lara. Al juez al menos le dio tiempo a conmemorar el bicentenario de la Pepa, la Constitución aprobada en las Cortes de Cádiz el 19 de marzo de 1812. En vida (y milagros) de Goya. Con ochenta años, fotografiado por Juan Carlos Vázquez, el juez impartió una lección magistral sobre ese texto, el pionero del convulso constitucionalismo español, a alumnos de primero de Derecho en una de las aulas del campus de Viapol. En su libro La Facultad de Derecho de Sevilla durante la Guerra Civil (1935-1940), el catedrático y ex decano Antonio Merchán cuenta el proyecto que el conflicto abortó de trasladar la Facultad de Derecho a la plaza de España, al plató de Lawrence de Arabia o El viento y el león.

Discípulo de Olavide, aquel limeño que repobló la Sierra Morena por mandato de Carlos III, Rico Lara fue un repoblador de conciencias. Hoy es el día de la Pepa y el día del Padre. Goya y su paternidad aparecen en un párrafo del libro El juez justo (Rico Lara: memorias de un defensor indefenso). Perdón por la autocita sugerida por esa ginkana infantil: "Su hijo Ventura nació en el 63, el año en que murió Cernuda; su hija Ana en el 66, el año que el Madrid yeyé ganó la sexta Copa de Europa. 'En esta habitación hay mucho siglo XVIII, el que más me gusta'. En vez de los angelitos, un retrato de Carlos III a la vera de su cama que pintó Goya".

Rico Lara escribía, pintaba, le encantaba la fotografía. Vaticinó la elección de Ratzinger como papa Benedicto XVI y murió el año que le relevó en el Vaticano Bergoglio, el papa Francisco. Me regaló un Erasmo de Rotterdam dibujado por él y la reproducción del saludo de Borges, el escritor amigo del pontífice argentino, y Torrente Ballester en la terraza del hotel Doña María fotografiados por Juantxu Rodríguez.Hasta Zaragoza llegaban los ecos del cuadro flamenco que entusiasmaba al auditorio. Fotos junto a la estatua de Aníbal González, el arquitecto que diseñó el 29 y murió ese año. Un grupo de turistas en bicicleta se detienen junto a la estatua de Bécquer. Ya entramos en el siglo XIX. Rimas y Leyendas.

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