La suerte de trocar afición por profesión
Publicista e investigadorEste joven investigador, licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas y socio fundador de la compañía Superagencia 86, pretende situar los videojuegos al nivel de la Semiótica en los planes de estudio de las facultades de Comunicación
Desarrollar una profesión basándose en una afición es el sueño dorado de muchos y la realidad de muy pocos. David Acosta es un aspirante a entrar en este selecto grupo de profesionales. Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Hispalense, este jiennense afincado en Sevilla desde los siete años ha centrado su tesis doctoral en el estudio de los videojuegos. Creció jugando con su Spectrum y a The Secret of Monkey Island y admite ser un apasionado de la tecnología. Ansía que su trabajo de investigación sirva para "poder instaurar en los planes de estudio una asignatura sobre videojuegos" que él mismo imparta. No comulga con los tecnófobos ni con los tecnófilos. Considera que, como estudioso del tema, tiene que ser "objetivo", por ello estima que "las consecuencias, positivas o negativas, del consumo de estos pasatiempos son fruto de la sociedad en la que nos encontramos y no a la inversa". De carácter polifacético, este sevillano de adopción es socio fundador de Superagencia 86, una empresa publicitaria de nuevo cuño dedicada a la comunicación, la mercadotecnia on line y el diseño. El tiempo que le resta lo dedica al grupo en el que es guitarrista: Neorama. La banda, que ya ha sacado al mercado su segundo trabajo discográfico bajo el sello de la compañía Warner Music Group, llevará a este joven investigador de gira por ciudades como Valencia, Madrid o Barcelona.
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