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El tucibi o cocaína rosa, la droga de los ricos que se vendía en Bellavista

  • Es una sustancia creada en laboratorio que se popularizó en EEUU en los ochenta y ahora resurge

  • En Sevilla su consumo estaba hasta ahora vinculado a la prostitución

  • Su precio es muy elevado, de hasta 900 euros el gramo

Tucibi o cocaína rosa.

Tucibi o cocaína rosa. / M. G.

La Policía Nacional desmanteló hace unas semanas un clan familiar dedicado al tráfico de drogas que operaba en el barrio de Bellavista. Vendían todo tipo de sustancias y tenían el punto de venta en una casa de la calle Mesones. La Policía destacó que la vivienda estaba ubicada junto a un parque infantil y muy cerca de varios colegios de la zona. También hizo una relación de los estupefacientes que se intervinieron en este domicilio, entre los que destacaba la cocaína rosa, también conocida como la droga de los ricos.

No es habitual encontrar esta sustancia en Sevilla, sobre todo por su alto precio. Un gramo cuesta en el mercado unos 900 euros, un precio 15 veces superior al de la cocaína, que suele costar unos 60 euros el gramo. Sin embargo, aunque a esta sustancia se la conozca como cocaína rosa, en realidad ni es cocaína ni tiene mucho que ver con ella, salvo que se presenta en polvo y que se consume por vía nasal. Pero es una droga de síntesis, creada en laboratorios.

Pertenece al grupo de las anfetaminas por su composición química, y sus efectos son inicialmente alucinógenos. Lo que hace esta sustancia es estimular intensamente el sistema nervioso central. Se le conoce con diversos nombres, como venus, nexus, erox... Pero el más extendido es el de tucibi (a veces tuci), adaptación de 2CB, que es su clasificación dentro del catálogo de los narcóticos. 

Es una sustancia de laboratorio, con base en compuestos químicos, es decir, no proviene de ninguna planta natural. Esta droga sintética fue diseñada con la intención de aunar en ella los efectos de estimulación (éxtasis) y de alucinación (LSD). Aunque de forma moderada, supone una mezcla de estas dos sustancias. De ahí que se emparente con el grupo de las feniletilaminas, derivadas de las anfetaminas.

Esta sustancia psicoactiva se consume a través de inhalaciones o por vía oral cuando se adquiere en forma de pastillas. Sus síntomas iniciales comienzan a notarse al cabo de 15 o 20 minutos y sus efectos suelen durar entre 4 y 8 horas. Una vez instalada en el cerebro, libera grandes dosis de dopamina, noradrenalina y adrenalina.

Según el Instituto Castelao para el tratamiento de las adicciones, esta droga se está conociendo recientemente en España, pero tiene varias décadas de existencia en el mercado negro internacional. Se originó en 1974 en Estados Unidos y tuvo cierta propagación en los años ochenta, en pleno apogeo de las drogas sintéticas. Bajo el nombre de nexus, le hizo cierta competencia al éxtasis. A mediados de los noventa sería declarada ilegal en Estados Unidos. 

En el siglo XXI resurgió con fuerza en México y Colombia, donde se halla el principal centro productor y donde el tucibi se ha extendido con fuerza. De hecho, se considera que los cárteles colombianos son los responsables de su expansión internacional. Se ha comercializado en las principales capitales suramericanas, mientras que en Europa la mayor demanda procede de Alemania.

En España ya se han desmantelado dos laboratorios clandestinos de tucibi, que eran regentados por traficantes de origen colombiano. En 2016 hubo dos operaciones contra la elaboración de esta droga, ambas a raíz de la detención de uno de sus más importantes creadores, conocido como Alejo Tucibi,  Actualmente es la droga más cara del mercado, si bien sus precios están haciéndose más populares. En un principio se distribuía en sectores de alto poder adquisitivo, pero las autoridades apuntan a un intento por popularizar la sustancia en los últimos años y llevarla a un público juvenil en lugares de ocio nocturno y grandes eventos, como los festivales de música electrónica. 

En la vida nocturna de Madrid y la costa mediterránea, el tucibi está presente e incluso en auge. Está de moda. En Sevilla, sin embargo, todavía no es habitual encontrárselo. Era una droga que podía encontrarse con cierta frecuencia vinculada a la prostitución, y que era ofrecida a los clientes de burdeles y casas de citas. Sin embargo, que fuera vendido por unos traficantes a pequeña escala de Bellavista indica que se está popularizando y perdiendo ese carácter exclusivo que tuvo en su origen. 

En la Costa del Sol es más conocida que en la capital andaluza. En 2020 ya se detectó en varias ocasiones tanto en Marbella como en Málaga, donde uno de los que la habían consumido se obsesionó con morder a los policías que lo detuvieron. En Benahavís se encontró entre las personas que acudían a una fiesta en un chalé, que terminó siendo desalojado, en septiembre de ese mismo año.

En la provincia de Sevilla sólo hay constancia de una operación policial anterior a ésta en la que se intervino el tucibi. Fue en agosto de 2020 en la Campiña (en pueblos como Arahal y Morón de la Frontera), en una investigación contra el contrabando de tabaco, pero en la que también aparecieron otras sustancias ilegales, entre ellas la cocaína rosa. 

No había vuelto a aparecer más hasta el pasado 17 de marzo, cuando la Policía Nacional encontró esta droga entre las que vendía un clan familiar asentado en Bellavista. 

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