La Universidad de Sevilla construye su futuro universal
Tribuna de Opinión
La institución académica celebra su 520 aniversario en un año marcado por las elecciones rectorales con sufragio universal ponderado
La US celebra el 520 con la bula del papa Julio II
La Universidad de Sevilla (US) es hoy una de las instituciones académicas más antiguas y prestigiosas de España. Sus raíces se remontan a finales del siglo XV, en un contexto histórico marcado por la consolidación del poder monárquico, la expansión del humanismo y la necesidad de formar juristas, teólogos y funcionarios al servicio del Estado y de la Iglesia.
Fue en 1502 cuando los Reyes Católicos otorgaron la real cédula que autorizaba la creación de un Estudio General en la ciudad de Sevilla. Esta institución fue promovida por Rodrigo Fernández de Santaella, un clérigo que había fundado poco antes el Colegio de Santa María de Jesús que es considerado el embrión de la universidad sevillana. La bula fundacional fue otorgada por el papa el 12 de julio de 1505, y comenzó con estudios de Lógica, Filosofía, Teología, Derecho y Artes, incorporando Medicina tres años más tarde.
Hoy, la Universidad de Sevilla es una institución pública de referencia, con más de 70.000 estudiantes y una extensa red de facultades, centros de investigación y alianzas internacionales. Su historia no es solo un legado del pasado: es una fuerza viva que impulsa su presente y que, en tiempos de cambio, la compromete a seguir siendo un motor cultural, científico y social de Andalucía.
Elegimos por sufragio universal, decidimos con visión
La Universidad de Sevilla (US) se encuentra en una encrucijada histórica. En las próximas elecciones rectorales, por primera vez en muchos años, toda la comunidad universitaria tiene la oportunidad de redefinir colectivamente su futuro a través del sufragio universal ponderado. Este momento no es solo un ejercicio democrático: es una declaración de principios. Estudiantes, personal docente e investigador (PDI), así como personal técnico, de gestión y de administración y servicios (PTGAS), son todos llamados a decidir no solo quién liderará la institución, sino qué modelo de universidad desean construir. Elegir a la persona que asumirá el Rectorado no es solo designar una figura institucional; es, sobre todo, señalar qué proyecto de universidad queremos construir todos.
El proceso electoral nos obliga a pensar qué US queremos para los próximos años. ¿Una universidad que mantenga inercias del pasado o una que se atreva a innovar, a corregir errores, a eliminar burocracia, o a ser referente en su capacidad de adaptación? ¿Queremos una universidad que se involucre activamente en la transformación social, científica y cultural del entorno? ¿Seguiremos con la misma gestión de las últimas tres décadas o nos atreveremos a iniciar un cambio valiente, honesto y comprometido con la realidad social que nos rodea? La decisión es colectiva, pero el impacto será generacional.
El sufragio es nuestra herramienta más poderosa. Nos permite expresar aspiraciones colectivas, marcar prioridades y exigir responsabilidad institucional. Este 12 de julio no solo celebramos el origen de la universidad. Celebramos también la posibilidad real de renovarla. Desde aquí animamos a la participación al cambio que viene, ya que juntos y juntas elegiremos el rumbo de la US.
La hora del cambio: compromiso, innovación y transparencia
Vivimos tiempos que exigen liderazgos valientes, capaces de afrontar los retos del presente sin miedo y con visión de futuro. La Universidad de Sevilla no puede seguir funcionando con esquemas anacrónicos que ya no responden a las necesidades del siglo XXI. Es tiempo de transformar la gestión, de hacerla más ágil simplificando la normativa y haciéndola más flexible, más participativa y sobre todo más transparente. Es la hora del cambio.
Este cambio no es un eslogan, es una necesidad palpable en todos los rincones de nuestra universidad: desde la precariedad que viven muchos jóvenes investigadores/as hasta la falta de recursos y reconocimiento para el PTGAS, pasando por un alumnado que demanda una universidad más inclusiva, más conectada hacia la empleabilidad y más humana. Cambiar significa escuchar, que te atiendan (al teléfono o al correo), incorporar nuevas voces y actuar con responsabilidad institucional. Significa gobernar de manera compartida activamente con la comunidad universitaria.
Hablar de cambio no es una consigna vacía. Es una demanda que se exige en todos los rincones de la US. El alumnado quiere una docencia más dinámica y actualizada, incorporando nuevas materias como la formación en IA así como información sobre posgrados y situación de la empleabilidad de su título. El PDI reclama más apoyo, más estabilidad y una gestión menos burocrática. El PTGAS exige reconocimiento, medios adecuados y una organización más humana.
Cambiar no es romper con lo anterior. Es aprender de la experiencia y ponerla al servicio de una mejora decidida. Cambiar es hacer autocrítica, evaluar con rigor y asumir que una institución pública no puede conformarse con mantenerse: debe mejorar constantemente.
Al servicio de la sociedad: humana, abierta y presente
Una universidad pública no puede vivir de espaldas a la sociedad que la financia y la sostiene. La Universidad de Sevilla tiene el deber —y el privilegio— de servir a su entorno, de impulsar el desarrollo económico, social, cultural y científico de Andalucía y de España. Debemos reforzar nuestros vínculos con el sistema educativo, con los sectores productivos, con los barrios, con las instituciones públicas y con los movimientos sociales. No basta con generar conocimiento: hay que saber transferirlo, aplicarlo, ponerlo al servicio de los retos colectivos. Una universidad abierta es la que se deja interpelar por la realidad. Es la que se compromete con el territorio y participa activamente en sus transformaciones. La que no ve a sus egresados como estadísticas, sino como agentes de cambio social.
La universidad no debe ser una torre de marfil aislada de la realidad que la rodea, como hasta ahora. Al contrario: debe ser un motor de transformación social, un faro de conocimiento aplicado al bienestar común. La US tiene el potencial de desarrollo con la participación global de todo su talento humano, los recursos humanos y la tradición suficiente para convertirse en una institución aún más comprometida con su entorno.
Desde la transferencia de conocimiento hacia el tejido productivo y la implicación activa en proyectos sociales y culturales, la US debe abrir sus puertas de par en par a la sociedad. Porque una universidad relevante es aquella que se hace presente en las calles, en las empresas, en las aulas de primaria o en los debates públicos. Una universidad que forma, investiga y también transforma.
Un aniversario que invita a decidir: la US que queremos
El 12 de julio de 2025, la Universidad de Sevilla celebra su historia, conmemora un aniversario más desde su creación. Más de cinco siglos, 520 años, de vida académica y compromiso con el conocimiento nos avalan como una de las instituciones más históricas de España. Hoy, más que nunca, necesitamos mirar hacia el futuro con ambición, con valentía y con un sentido universal pidiendo, como siempre hemos defendido, la opinión de todos como colectivo.
Mientras conmemoramos con orgullo nuestra historia, es imprescindible preguntarnos qué Universidad de Sevilla queremos dejar a quienes vendrán después. Porque celebrar el pasado sin construir el futuro es una forma de renuncia.
La US necesita nuevos espacios, ampliando sus centros, y mejorar los ya existentes con reformas muy necesarias en edificios obsoletos. La US requiere una nueva energía, una nueva forma de entender su papel y sus relaciones internas. Una universidad más sostenible, más democrática, más transparente, más centrada en las personas, más humana… Una institución que cuide a su gente y reconozca el talento colectivo.
Este aniversario llega en un contexto clave porque la comunidad universitaria se prepara para elegir, en las urnas, a quién liderará la universidad en los próximos seis años. Es una oportunidad excepcional para repensar nuestro modelo universitario, para hacer balance y, sobre todo, para abrir una nueva etapa que responda a los desafíos reales del presente. La US no teme al cambio, porque solo con renovación y progreso se crece. Cumplir años no es suficiente, hay que saber transformarse.
Temas relacionados
No hay comentarios