La posibilidad de que haya aficionados sevillistas en las gradas del Puskas Arena el próximo jueves 24 de septiembre, en la final de la Supercopa de Europa ante el Bayern Múnich, va cobrando forma a medida que avanzan las negociaciones que está manteniendo la UEFA con el Gobierno de Hungría.

Diversos medios coinciden en las últimas horas en que el Gobierno del país centroeuropeo, que se distingue por sus férreas medidas de acceso al país en plenas restricciones por el Covid-19, ha accedido a suavizar las normas para que puedan viajar aficionados tanto de España como de Alemania.

En cualquier caso, el Puskas Arena, modernísimo recinto con un aforo de más de 62.000 espectadores, sólo abriría sus puertas para completar el 30% de su aforo, esto es, unas 20.000 personas. Y ha trascendido que la organización pondrá a disposición de cada club 3.000 entradas para sus hinchadas.

Eso sí, sólo estarán permitidos los viajes organizados y nadie podrá viajar por su cuenta. Además, esos desplazamientos serán en el mismo día y todo viajero deberá llevar un PCR negativo.

En el Sevilla no tenían ayer confirmación oficial de nada, aunque esperaban que los términos de la negociación se rubriquen cuanto antes, ya que el tiempo corre y faltan menos de tres semanas ya para ese partidazo.

El máximo organismo europeo, después del éxito organizativo en las fases finales de la Liga de Campeones (Lisboa) y la Europa League (Alemania), se mantiene en sus trece de dar un paso más y reabrir la puerta para una moderada entrada de público, lo que sería toda una novedad en las competiciones UEFA desde que estalló la pandemia.