Barcelona - Sevilla | La previa

El Camp Nou y el ansiado salto en la Liga

Ocampos y Rakitic, antes de ingresar en la terminal ejecutiva del aeropuerto de San Pablo.

Ocampos y Rakitic, antes de ingresar en la terminal ejecutiva del aeropuerto de San Pablo. / José Ángel García

Del dicho al hecho hay mucho trecho. El clásico refrán español sirve de lacónico proemio a un análisis previo a la cita que más veces se le ha encasquillado al Sevilla en su larga y prolífica trayectoria deportiva. Sólo media docena de veces ganó el equipo nervionense de las 76 que visitó en la Liga el Camp Nou, el estadio que más grande se le hace cada vez que juega como visitante, incluso más que el Santiago Bernabéu. Chocan las estadísticas del Sevilla cuando visita al Barcelona con la realidad de la época dorada que está viviendo en este siglo XXI, remarcada recientemente con su sexta Europa League y con el pulso tan viril y corajudo que le echó al Bayern Múnich en la final de la Supercopa de Europa.

Y chocan porque once derrotas ligueras consecutivas allí son demasiadas. Pero, todo esto, las feas estadísticas y el turgente presente sevillista, como recordó Lopetegui en la previa, es pasado. El presente es tratar de recorrer esa enorme distancia que hay entre el dicho, dar un salto en la Liga, y el hecho, que el Camp Nou se come al Sevilla.

El reto del Camp Nou El reto del Camp Nou

El reto del Camp Nou

El ejemplo de la temporada pasada, cuando el equipo de Lopetegui cogió por el cuello al Barcelona de Ernesto Valverde pero acabó goleado, también ilustra sobre la cantidad de veces que el Sevilla ha intentado ejercer de David en el feudo de Goliat. Pero la piedra siempre acaba rozando la frente del gigante filisteo y el joven aspirante a rey termina batido y derrotado, en contra de la tradición bíblica. Este Sevilla se ve fuerte y capaz como para romper esa maldición.

Entre otras cosas porque se ha comprometido consigo mismo a crecer en el campeonato español, a dar un pasito más catapultado por su último éxito europeo. Y es una aspiración fundada en el bloque homogéneo que ha construido Lopetegui, que ahora tiene la ayuda de un hombre que hace apenas un mes estaba en este mismo escenario despidiéndose del Barcelona, con el que alcanzó las cotas más altas que se pueden lograr en competiciones de clubes.

La doble reivindicación de Rakitic

Rakitic estará en el foco mediático en su regreso al Camp Nou. En Barcelona destacan que hace sólo 32 días que se sentó junto a Josep Maria Bartomeu para agradecer su paso por el club catalán. Aunque en realidad el centrocampista croata aún debe encontrar su rol de liderazgo en el Sevilla, donde está adoleciendo de cierta falta de forma física, de acoplamiento al versátil esquema de Lopetegui, en este inicio de temporada.

Rakitic, antes de volar a Barcelona. Rakitic, antes de volar a Barcelona.

Rakitic, antes de volar a Barcelona. / José Ángel García

Aun así, Rakitic es el mejor guía en la aventura de intentar asaltar el coliseo azulgrana, cuyo enorme vacío de público invita a dar una gran voz para que resuene diáfano el eco sevillista en la incipiente Liga. El croata conoce sus entresijos, andará como Pedro por su casa por los pasillos del Camp Nou –aunque en realidad a los futbolistas les permiten estar apenas tres minutos en ese templo sagrado que es el vestuario por el protocolo de LaLiga– y tiene la personalidad suficiente como para no dejarse amedrentar por Messi y compañía. Además, tendrá el afán de la reivindicación personal.

El Sevilla, no obstante ese plus del croata, es mucho más que uno o dos individuos. El escudo de este equipo es poliédrico y multicolor en sus cuarteles, que representan la colectivización de los esfuerzos y del talento, con Jesús Navas como baluarte principal de esa tenacidad con la que busca su objetivo hasta los estertores de cada partido, hasta el final de cada batalla. Y esa baza de la solidez del bloque debe fiarse el Sevilla de Lopetegui.

Un once para frenar al nuevo Barça

Enfrente tendrá un Barcelona redivivo al son del mando recio del holandés Ronald Koeman. Un Barça en el que Ansu Fati, tanto como Messi, es la estrella que desequilibra a los rivales. Un equipo que además ha recuperado a Coutinho para la causa tras su cesión en el Bayern Múnich y en el que por fin parece haber encontrado su sitio Griezmann, otro futbolista, como Messi, que parece tenerle cogida la medida al Sevilla. Contra todo eso deben luchar Lopetegui y su férrea tropa.

Sobre el once titular que dispondrá Lopetegui hay varias dudas, sobre todo referentes a la elección del tridente ofensivo. La línea defensiva, tras el buen papel de Acuña en Cádiz, parece que ya tiene una definición con visos de continuidad. Igual que una medular que contará de nuevo con Fernando, Rakitic y Joan Jordán. Ocampos es indiscutible en el ataque y quiénes serán sus dos compañeros es la incógnita a resolver.

Munir fue el elegido ante el Levante y es uno de los futbolistas con más gol de la plantilla. También de los que puede ofrecer más verticalidad con espacios. Pero con Suso el Sevilla gana algo más de control de la pelota, algo del tempo que se perdió con la marcha de Banega. Y luego está la gran duda: En-Nesyri para jugar al espacio o De Jong para fijar y acular a los centrales, para refrenar el cerco habitual del Barça. Lopetegui debe decidir, a sabiendas de que el salto en la Liga pasa por dar un golpe en el Camp Nou y que resuene fuerte en el enorme coliseo el eco del Sevilla.

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