El ex técnico del Real Madrid y ex seleccionador nacional Julen Lopetegui es la primera opción de Monchi para el banquillo del Sevilla FC.

La carrera de Lopetegui ha quedado marcada sin duda por su fichaje por el Real Madrid a pocos días de empezar el Mundial de Rusia 2018 con la Selección Española, a la que no llegó a dirigir en el gran torneo tras la decisión del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, de fulminarlo por su "actitud desleal".

En el Real Madrid sólo duró 14 partidos oficiales en el cargo. Sin Cristiano Ronaldo en el equipo, su idilio con Florentino Pérez comenzó a torcerse en la remontada que supuso que el Atlético de Madrid se adjudicara la Supercopa de Europa. Muy cuestionado por su rendimiento en Liga, sobre todo como local, la Junta Directiva lo acabó relevando el 29 de octubre tras perder 5-1 en el Camp Nou ante el Barcelona, partido al que había llegado sentenciado. Santiago Solari, hasta entonces técnico del Castilla, fue su sustituto, aunque tampoco terminó la temporada y Zinedine Zidane fue su cambio.

Carrera como jugador

Lopetegui se formó como portero en las categorías inferiores de la Real Sociedad y las del Castilla, filial del Real Madrid, al que llegó en la temporada 1985/1986 y en el que jugó tres campañas para ser cedido a la UD Las Palmas en la 1988/1989. Su regreso al Real Madrid el siguiente año fue irrelevante y durante dos cursos fue el tercer portero y sólo disputó un partido.

El guardameta se marchó al Logroñés, en el que vivió sus mejores años con tres campañas que le sirvieron para que Javier Clemente le llamara para el Mundial de Estados Unidos 1994, en el que no jugó. El Barcelona se fijó en él y, sin oportunidades en tres campañas, decidió recalar en el Rayo Vallecano, donde se retiró en 2002.

Como entrenador

Al poco de su retirada empezó a dirigir al Rayo, en el que tan solo estuvo al frente once partidos en Segunda división, un año convulso que acabó con descenso a Segunda división B.

Durante un paréntesis de cuatro años siguió con estudiando como entrenador mientras ejercía de comentarista deportivo en televisión.

En 2008 se produjo su primer regreso al Madrid. Volvió a los banquillos para tomar las riendas del filial en Segunda división B, dirigiendo a nombres como Alberto Bueno, Pedro Mosquera, Fran Rico o Marcos Tebar, acabó en sexta posición sin lograr luchar por el deseado ascenso.

Se marchó entonces a las las categorías inferiores de la Selección, en las que comenzó a cosechar éxitos. Fueron cuatro años en los que ganó dos campeonatos de Europa sub'19 y uno sub'21 con jugadores que se han convertido en fijos ahora en la absoluta como sus referentes Isco y Thiago.

Se marchó al Oporto en 2014, donde la presión mediática y social fue enorme: terminó destituido después de entrenar al equipo entre mayo de 2014 y enero de 2016.

No ganó ningún título, pero dejó al club portugués más de 100 millones de euros en sus arcas por las ventas de Danilo y Casemiro -31,5 y 7,5 millones de euros, respectivamente-, de Jackson Martínez -por 35 millones- y de Álex Sandro por 26.

Llegada a la Selección Española

Cuando estaba a punto de comprometerse de palabra con el Wolverhampton inglés, de Segunda división, llegó la llamada de Ángel María Villar, entonces presidente de la RFEF, para ser el relevo de Vicente del Bosque en la selección.

Sin derrotas como seleccionador, superando récords de goles y extendiendo la línea de juego marcada por Luis Aragonés y extendida por Vicente del Bosque. Añadiendo variantes tácticas con presión alta y varios sistemas que enriquecieron el juego de toque de la Selección.

Firmó un camino perfecto al Mundial, dejando en el camino a Italia, y gran imagen siempre en los amistosos ante grandes selecciones, desde que venció en su estreno a Bélgica, empatando en Wembley ante Inglaterra y frente a Alemania también a domicilio, y vapuleando a Argentina. Trayectoria como seleccionador que se vio empañada por su precipitada salida del equipo nacional para ser relevado por el director deportivo, Fernando Hierro. España fue eliminada en octavos de final por los penaltis ante Rusia, un rival de los más débiles pese a ser el anfitrión del Mundial.