Sevilla-PSV | La previa

La Liga Europa calibra la mejoría del Sevilla de Sampaoli

  • Que la palabra Eindhoven avive siempre lo mejor en la mente del sevillismo debe servir de estímulo en la vuelta al frente europeo ante el PSV

  • Objetivo, consolidar la solvencia en casa

En-Nesyri, Bryan Gil, Suso y Gudelj, en el entrenamiento de ayer.

En-Nesyri, Bryan Gil, Suso y Gudelj, en el entrenamiento de ayer. / Juan Carlos Vázquez

De Eindhoven, el rincón donde el sevillista halló el paraíso en la Tierra en mayo de 2006, proviene el equipo que visita hoy el Ramón Sánchez-Pizjuán. Y sólo por eso, por las resonancias que esa palabra despierta en la mente del aficionado de Nervión, el ánimo de todo el que respire sevillismo debe avisparse en una noche que no será ordinaria. Esa buena onda es muy oportuna ahora que el Sevilla ha dejado atrás su mala dinámica como anfitrión (cuatro victorias seguidas en la Liga ante Getafe, Cádiz, Elche y Mallorca) y que la Liga Europa aparece como una fuente receptora de las renovadas ilusiones de la hinchada.

Curiosamente, en las 23 temporadas que los sevillistas han viajado por el Viejo Continente en los últimos 24 años, jamás se ha cruzado con el PSV, otro ilustre europeo habituado incluso más que los sevillistas a jugar torneos europeos. El club de la industrial ciudad neerlandesa juega cada campaña Champions, o si no Liga Europa. Pero jamás se las ha visto con un Sevilla al que, tras esta interesantísima eliminatoria, apenas le faltarán los cromos del Ajax y el Olympique de Marsella para completar un álbum que pocos pueden tener en su estantería.

Este Sevilla de Sampaoli no tiene nada que ver con aquel equipo de la pasada fase de grupos de la Champions que, por momentos, no parecía ni un equipo profesional de fútbol. Ya juega como un buen bloque de la Primera División española, con cierta solidez atrás, cierta fluidez en el medio y cierta verticalidad en los últimos metros. El sevillismo respira y ahora asiste expectante a una semana que puede ser una bisagra en la temporada: encarrilar la eliminatoria ante el exigente PSV que adiestra Ruud van Nistelrooy y, tres días después, dar un golpe sobre la hierba de Vallecas elevaría al Sevilla hacia un estrato más digno. No a la altura de lo que exige su presupuesto, pero al menos digno: en las eliminatorias de la Liga Europa donde ya sólo quedan equipos realmente buenos, y en la ansiada zona templada de la tabla de Primera, mirando más hacia arriba que hacia abajo.

Es una semana clave. De las que se recordarían a la hora de hacer balances en junio. Lo primero es lo primero: repetir esa primera parte del pasado sábado ante el Mallorca, de intensidad sostenida, verticalidad y determinación atrás. El PSV exigirá más que los baleares, también es de suponer que va a apretar más arriba por sus mayores recursos ofensivos, y además hay que tener muy en cuenta un ingrediente propio de los torneos europeos: el factor sorpresa.

Puede sorprender el concepto de juego que propugne Van Nistelrooy, también la entrada de un jugador no catalogado que esté en un momento de forma apabullante o, a menudo pasa, la extraña forma de aplicar el reglamento del árbitro de turno, en este caso el rumano Radu Petrescu.

La lógica dice que Sampaoli tirará hoy de Joan Jordán y Gudelj, que tres días después cumplirán sanción en Vallecas. Más aún teniendo en cuenta que Pape Gueye se quedó fuera de la lista de inscritos para la Liga Europa. La entrada de Ocampos ha dejado fuera al medio senegalés, lo que lleva a pensar en que el argentino va a tener, de salida, protagonismo. Sería absurdo lo contrario.

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