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Lopetegui, un presunto culpable

  • Los resultados, como siempre con los entrenadores, se encargarán de dirigir el dedo hacia arriba o hacia abajo, pero muy seguro debe estar Monchi para haber hecho una apuesta tan osada

Lopetegui abandona el aeropuerto de Krasnodar tras ser destituido en la selección.

Lopetegui abandona el aeropuerto de Krasnodar tras ser destituido en la selección. / Efe

Julen Lopetegui carga con una cruz a sus espaldas que sólo podrá soltar si triunfa, por fin, en un club de fútbol, algo que hasta ahora no ha conseguido, más bien lo contrario, en su paso por los banquillos del Rayo Vallecano, Castilla, Oporto y Real Madrid. Para quien suscribe estas líneas, como para casi todo el resto de los españoles salvo los que en aquellos momentos se amparaban en su fe madridista, que hasta ésos abjuraron después con su fracaso en su club, fue el principal culpable de que España no peleara por algo gordo en el Mundial de Rusia.

Confieso que Lopetegui fue ganándome durante su etapa como seleccionador español. A pesar de los títulos en las categorías inferiores, siempre me había parecido un entrenador menor, una figura casi decorativa a la que le achacaba una ínfima cuota de responsabilidad en ese extraordinario grupo de futbolistas que comandaban Thiago, Illarramendi o Isco, por citar a mis tres preferidos en esa maravillosa selección sub 21.

Sin embargo, el seleccionador Lopetegui sí me pareció un entrenador muy convincente, dado que fue capaz de cambiarle el rumbo a un grupo de futbolistas que habían iniciado una línea descendente después de sus grandes éxitos en las dos Eurocopas y en el Mundial. La España del técnico vasco jugó al fútbol de maravillas y, sobre todo, fue capaz de ofrecer una riqueza táctica de tremendo valor para quienes amamos este juego y tratamos de buscar algo más. Pasaba de la defensa de cuatro a moverse con los tres centrales como si estuviera entrenando todos los días con los dos sistemas y de ambas formas desarrollar un fútbol espectacular.

No soy dudoso, pues, de tenerle ninguna fobia a este Lopetegui que desde hoy es el entrenador del Sevilla, pero sí estimo que, al contrario de lo que establece la ley sobre la presunción de inocencia, se trata de un culpable y que ahora se tendrá que ganar el perdón de todos los que queríamos que España llegara muy lejos en Rusia. Aunque existen versiones para todos los colores en los análisis de aquellos días, es el responsable de una traición y muy seguro debe estar Monchi de sus cualidades para haber apostado tan fuerte en contra del sentir de un sevillismo que, sin ser muy de la selección, sí le afea que aquello lo hiciera por el Real Madrid.

El tiempo, como siempre ocurre con los entrenadores, un gremio que igual reparte triunfos en unos sitios que sonoros fracasos en otros, será el encargado de dictaminar si la firme apuesta de Monchi es acertada o, por el contrario, es algo complicado de explicar cuando la mayor parte de la clientela la tiene en contra. Los resultados se encargarán de poner el dedo hacia arriba o hacia abajo, pero muy seguro debe estar el mago de San Fernando para haber tirado por ese camino...

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