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El mercado invita al Sevilla a vender una joya: Bryan Gil

Bryan Gil, junto a Cucurella, en un entrenamiento de la selección olímpica.

Bryan Gil, junto a Cucurella, en un entrenamiento de la selección olímpica. / AFP7

Cuando la seleccion olímpica de la que forma parte está a punto de debutar en los Juegos Olímpicos de Tokio, optando así al oro, el mercado ha invitado al Sevilla a vender a Bryan Gil. Son muchas las circunstancias que concurren para que se dé la ecuación, aún en proceso de negociación con el Tottenham Hotspur. La primera es que el mercado, por su estado de casi absoluta quietud, crea un contexto complicadísimo para reforzar una plantilla mejorable en el buscado salto competitivo.

Sin grandes ofertas por los futbolistas llamados a salir, Monchi se ha visto apremiado a darle salida a Bryan Gil, a cambio de una cantidad que podría ser superior a 25 millones de euros más la ficha de Erik Lamela, contrastado centrocampista atacante del Tottenham. Sumando el cash a cobrar y el dinero que no paga por un futbolista de caché podría tratarse de una de las mayores ventas de la historia del club, de entre 40 y 45 millones de euros, según cómo se definieran los bonus por rendimiento.

No se trata de poner paños calientes a una operación que, según fuentes cercanas a la negociación, está en marcha pero no cerca de cerrarse aún. Se trata de contextualizar el posible traspaso de la mayor joya que ha pulido la cantera del Sevilla en los últimos años, también los técnicos que lo han tenido en año y medio de cesión, Javier Aguirre y, sobre todo, José Luis Mendilibar, hasta convertir a Bryan Gil en internacional absoluto y olímpico a sus 20 años.

El Sevilla necesita liquidez para poder reforzar una defensa cogida con alfileres, más allá de sus titulares: Jesús Navas –36 años en noviembre–, Koundé, Diego Carlos y Acuña. Ninguno de ellos tiene un relevo de garantías. Tampoco Fernando, piedra angular del equipo. En el mediocampo ofensivo hay más opciones, pero ahí también quería dotar de más velocidad y fuerza Lopetegui a su equipo, que también desea un reseteo en los delanteros, sobre todo en el acompañante o el relevo de En-Nesyri, con De Jong ya amortizado y Munir con protagonismo marginal.

Por Koundé no ha llegado ningún club aún poniendo una oferta pareja al potencial del futbolista encima de la mesa. Por De Jong, tanto de lo mismo. En-Nesyri ha recibido tentativas de clubes de menor enjundia deportiva que el Sevilla... Y Monchi ve cómo, ya con los horarios de las dos primeras jornadas ligueras fijados, el tiempo se le echa encima.

En ese contexto, con la necesidad de cuadrar las cuentas además por el menoscabo continuado que ha supuesto la crisis del Covid, es donde surge la opción de que el Sevilla ingrese un dinero que, gracias a que tiene margen en su límite salarial por su buena gestión deportiva y económica en el último lustro, puede invertir al 100% en futbolistas. Otros clubes que luchan por rebajar el LCDP (límite del coste deportivo de la plantilla) apenas pueden superar el 25% de lo que ingrese en ventas.

El traspaso de Bryan Gil –sin coste de amortización como canterano–, por unos 25 millones de euros más la ficha de un futbolista valorado en 16 millones de euros por la recurrente Transfermarkt, además de posibles bonus de rendimiento, puede ser un alivio que incluso lleve a mantener en la plantilla a Koundé... si sigue sin llegar antes del 31 de agosto la gran oferta que tanto el jugador como el Sevilla esperaban.

La noticia de la negociación abierta, confirmada por este diario, la adelantó Sky Sports Italia, a través de uno de sus periodistas mediáticos. Pero todavía queda tela que cortar y podría incluso romperse. Entre otras cosas porque para que al Sevilla le cuadren las cuentas, Erik Lamela podría tener que rebajar algo sus emolumentos, dado que los sueldos de la Premier son sustancialmente más elevados que los de la Liga.

Habría que añadir un factor de planificación. El Sevilla se había puesto manos a la obra para renovar el contrato de Bryan Gil, tras haber llamado la atención la temporada pasada, en la idea de subirle sus emolumentos, sus años de contrato y, obviamente, su cláusula de rescisión, actualmente de 50 millones de euros. Pero la agencia de representación del jugador, ante el estado actual de deflación del mercado, no estaba por la labor de que el Sevilla blindase aún más a su representado.

Y también hay otro factor futbolístico. El argentino de 29 años es zurdo, como Bryan Gil, pero actúa como extremo derecho, a pierna cambiada y podría encajar mejor en el esquema de Lopetegui. Su traspaso, si se da finalmente, será doloroso y obviamente ya ha reabierto el debate sobre el tratamiento del club a la cantera. Pero el Sevilla, cuyo modus operandi de vender para crecer es inamovible, se ve en esa tesitura por un mercado que, en pleno marasmo, lo invita a vender a su joya.

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