Sevilla - Barcelona | Informe técnico

Nadie habló la misma lengua que Banega

  • Cerrado el juego interior del Barça con el Fernando junto a los dos centrales, faltó pegada arriba cuando salió el argentino

El centrocampista Fernando trata de aguantar a Messi.

El centrocampista Fernando trata de aguantar a Messi. / Antonio Pizarro

El nivel de los rematadores de este Sevilla, sin duda por debajo del de su defensa y centro del campo, cercenó la ilusión blanca de acabar tumbando al Barcelona tras corregir atrás una temblorosa primera media hora. En un lado de la balanza, la limitada pólvora del Sevilla le está costando puntos y ni siquiera las vías que abrió la inspiración de Banega en la segunda parte sirvieron, porque nadie habló la lengua del argentino; en el otro, su solidez –superlativos Koundé y Fernando de nuevo– y conceptos colectivos lo llevan a a sacar un punto de mucho valor ante un Barça que se jugaba la Liga. Y que hasta la ha podido perder.

Defensa

En el pulso para ver quién presionaba más a quién, los blancos fracasaron con estrépito en la primera media hora. Las decisiones de los sevillistas para salvar el ordenado e intenso acoso azulgrana casi siempre fueron erróneas o por la elección de la salida, o por la imprecisión del pase. Incluso en las contadas ocasiones en que los de Lopetegui recuperaban la pelota en su mediocampo con el Barça adelantado, incurrían en la precipitación. Faltaba la pausa, el aplomo. ¿Banega?

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Messi partió, como suele, desde la izquierda para meterse en zonas interiores y buscar a sus socios preferidos, Luis Suárez y Jordi Alba, pero Joan Jordán estuvo muy atento a las maniobras del genio argentino. Y por detrás, Koundé y Diego Carlos siempre cortaron o se anticiparon. Sólo hubo peligro en el balón parado de Messi o en las entradas de Jordi Alba con sus conocidos pases rasos a los de la segunda línea.

Ataque

En la primera media hora, sin la pelota, sólo llegó el peligro en una falta de lateral que acabó en el tiro cruzado de Koundé.

Ya con Banega, el equipo dio un paso adelante porque el argentino controlaba, ponía la pausa, levantaba la cabeza y daba a la jugada la salida que pedía. Munir, Ocampos en dos ocasiones y Reguilón pudieron decidir. En el último cuarto de hora, ya pertrechado atrás, buscó la salida a la contra con pelotazos a la espalda de la zaga, como en aquella entrada de Reguilón que cortó Alba cuando Suso iba a marcar a placer.

Virtudes

Supo rehacerse tras la primera media hora y neutralizó a Messi por dentro.

Talón de Aquiles

Puesta en escena temblorosa atrás. Sin pólvora todo se complica.

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