El derbi sevillano | Presentación

Pese al contraste en las dinámicas de Sevilla y Betis, una X de incógnita

Rakitic y Ayoze, titulares muy probables este domingo, pugnan en el último Sevilla-Betis de Liga.

Rakitic y Ayoze, titulares muy probables este domingo, pugnan en el último Sevilla-Betis de Liga. / Europa Press

Asoma el derbi 105 en Primera. Más de cien ya desde aquel 3 de febrero de 1935, meses antes de que el Betis ganara su Liga y el Sevilla su primera Copa. Han sido 49 victorias sevillistas desde entonces, 30 las béticas y 25 los empates. Y a pesar de que las tablas han sido las menos frecuentes, mejor ponerle una equis a este nuevo duelo de rivalidad sevillana. Una equis de incógnita. A ver quién despeja la ecuación, si Manuel Pellegrini o Diego Alonso. Si Rakitic o Isco. Si el árbitro extremeño Jesús Gil Manzano o la caprichosa fortuna, que al parecer juega a veces aunque no aparezca en las alineaciones.

Contraste de dinámicas

El Betis ha sabido aprovechar el tramo valle que el calendario le deparaba antes del partido de este domingo y encadena ya cinco triunfos seguidos ante rivales asequibles: dos veces ganó al Aris Limassol, que sería un equipo bueno de Primera RFEF en España, derrotó con ese gol en el descuento a Osasuna en casa, también aprovechó el factor campo ante el Mallorca y firmó una goleada maltesa ante una formación de aficionados, el Hernán Cortés.

Pero por encima de esta racha de triunfos, sobrevuela un mérito mayor: los verdiblancos no pierden desde el 21 de septiembre en la Liga y el 26 de ese mes en competición oficial (1-0 en Glasgow ante el Rangers). Once partidos sin doblar las rodillas. A dos del anterior récord de Pellegrini, que sucedió a caballo de las campañas 2020-21 y 2021-22.

Esa poderosa ola en la que llega el Betis encaramado a Nervión contrasta con el estancamiento sevillista. Desde el 26 de septiembre no paladea una victoria el Sevilla (5-1 al Almería) con la nada épica excepción del 0-3 a otro equipo de aficionados en la Copa, el Quintanar. Han sido nueve los partidos, entre Liga y Champions, sin vencer. Demasiados.

En el caso de Diego Alonso son cinco, con el atenuante del espinoso calendario: Real Madrid y Arsenal en casa, de nuevo Arsenal fuera y dos salidas más en Liga, Cádiz y Vigo.

Atendiendo sólo al momento de forma y las rachas recientes, mejor que no se presente el Sevilla. Pero se trata de un derbi. Y sevillano. Sobran tendencias y dinámicas. La historia lo dice. Hace un año, el 6 de noviembre, los sevillistas llegaron decimoséptimos al Villamarín, donde esperaba un Betis eufórico, cuarto, con 13 puntos más. Y los de rojo no acabaron ganando de milagro (1-1) tras dos expulsiones de los anfitriones y una de los visitantes. Cosas de los derbis.

El factor Vieites

El bético que andaba mosqueado con la planificación de la portería para esta temporada se cargó de razones el jueves, cuando Claudio Bravo se volvió a lesionar. Es lo que tienen los músculos de 40 años de edad, que se rompen como los neumáticos desgastados. Con Rui Silva varado también, el primer portero del filial, Fran Vieites, va a poner a prueba su carácter y aguante en una mayúscula y hostil hoguera. Ya tuvo que jugar en Montjuïc, cuando el Betis caía 2-0 ante el Barcelona, y encajó tres goles más.

El chaval de Puentecesures (Pontevedra), a sus 24 años, conoce la historia del sevillista Alfonso Pastor, cuarto portero para Lopetegui en enero de 2022, cuando la eliminatoria Betis-Sevilla a partido único, y que tuvo que jugar porque Bono estaba en la Copa de África, Dmitrovic con Covid y Javi Díaz ya había cumplido 23 años y no podía ser alineado. El cordobés, entonces con 21 años, no negoció bien la presión y encajó un gol olímpico de Fekir y, ya a puerta cerrada, otro de Canales en un tiro ni mucho menos imparable.

Que Alfonso Pastor no aprobara el examen no quiere decir que Fran Vieites siga el mismo camino, ni mucho menos, pero su inexperiencia es un delicado hándicap que invitará aún más al Betis a buscar la posesión del balón y el adelantamiento de sus líneas.

Pellegrini y los expertos

El bético respira hondo y sonríe, con razón, cada vez que aparece ante sus ojos la melena plateada de Manuel Pellegrini. Su sapiencia ha puesto al club en el carril victorioso los últimos cuatro años. Su gestión del grupo es ideal, todos botan en la palma de su mano porque los hace mejores con la pelota. Y durante los partidos, acierta casi siempre en los cambios tácticos y de jugadores. El chileno, además, afronta el derbi con el estímulo de romper su tendencia en Liga, donde aún no ha ganado al Sevilla tras seis intentos: 3 derrotas y 3 empates.

En el cubil sevillista ocurre todo lo contrario: el crédito de Diego Alonso mengua a pasos agigantados desde su esperanzador estreno ante el Real Madrid el pasado 21 de octubre. Parece que fue hace seis meses, pero sucedió hace tres semanas.

Ocurre que los derbis suelen ser partidos más para los jugadores que para los entrenadores, pues la víscera actúa más que la cabeza. Y ahí, la experiencia del vestuario sevillista supera al bético, donde se acaban de ir dos de los que más derbis acumulaban: Joaquín (23 en Primera, nada menos, el portuense) y Canales (10).Guardado (8 derbis) y Guido (7) aparecen ahora como los más expertos en las filas heliopolitanas. En el Sevilla, Jesús Navas batirá seguramente el récord mañana con 24 participaciones; Rakitic suma 12; Ocampos, Gudelj, Fernando y En-Nesyri afrontan su quinta temporada con derbis, Acuña la cuarta. Y mejor palpar muchas veces el especial pelaje de estos partidos. Ahí el equipo sevillista tiene la ventaja de sus tablas.

Corazones desbocados

A medida que un jugador disfruta (y sufre, más bien sufre) los derbis, va descubriendo que la sobreexcitación suele jugar malas pasadas. Hay que salir con un plus de motivación, una mentalidad hasta fanática, pero sin olvidar dónde está el pedal de freno. A Guido se le olvidó ante Rafa Mir hace dos campañas y arruinó el partido a los suyos (0-2). Hace un año, a la metedura de pata de Montiel ante Álex Moreno le siguió la torpeza de Fekir y de Borja Iglesias. Los tres a la calle para que el partido estallara en mil pedazos.

Isco, cerca o lejos

De salida, lo único seguro es que el Sevilla vestirá de blanco, el Betis de verde y que los focos apuntarán a Isco Alarcón. Los béticos se esperanzan con su boyante estado de forma y su fútbol diferencial y los sevillistas le darán una bienvenida especial después de su abrupta salida del club hace un año.

Si el malagueño lleva el partido a su terreno, si se hace con la pelota y marca los tiempos, el Betis tendrá mucho más cerca el éxito. Y el Sevilla de Diego Alonso, con demasiado espacio entre líneas ante Cádiz, Celta o en el Emirates, se ha mostrado muy vulnerable precisamente en las zonas donde suele pulular el de Arroyo de la Miel.

Curiosamente, las estadísticas de LaLiga Beyond Stats reflejan que el Sevilla es el equipo que mayor porcentaje de tiempo provoca que el balón esté en el campo rival, es la formación con la línea defensiva más alta. Enfrente estará Isco, el jugador que más pases ha dado hasta ahora en el último tercio del terreno, el top 6 en regates completados y el top 4 en centros al área. Y también Ayoze, el líder en recuperaciones en el campo contrario. En esa lucha por hacerse con la pelota y alejarla del área propia reposa una de las grandes claves de este incierto partido.

Pelota parada

Las estadísticas también desentrañan que el Sevilla es el primer equipo de la Liga, junto con el Real Madrid, que más goles ha marcado por ahora tras saques de esquina (4), pero es que el Betis mejora ese dato: es, también junto al equipo de Carlo Ancelotti, el que más goles ha hecho a balón parado, sumando córners y faltas (5). Además, los verdiblancos no han recibido aún un solo tanto de saque de esquina. Ambos se sienten fuertes con el balón parado, una faceta que también suele decidir en partidos trabados. Y el de este domingo es muy, muy probable que sea puro enredo.

El del pito

Jesús Gil Manzano no se va a dejar impresionar por el ensordecedor ambiente. A sus 39 años, en Primera desde 2012, árbitro FIFA desde 2014 (viene de pitar, y muy bien, un PSG-Milan) y ya baqueteado en derbis sevillanos (será su cuarto), aparece como una garantía. Ya dirigió el último, el Sevilla-Betis del pasado mayo (0-0), donde mantuvo el control en todo momento. La roja a Miranda no admitió discusión.

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