El Sevilla comienza hoy una segunda fase de la pretemporada, en la ciudad deportiva antes de embocar la segunda a partir del próximo viernes en Lagos. El primer stage de Algorfa, que finalizó con el primer amistoso frente al Coventry (4-0), deja poco margen a conclusiones. El cuerpo técnico del Sevilla se ve abocado a asumir la realidad de la lentitud de un mercado que no se ha activado una semana después de la conclusión de la Eurocopa. Es lo que se puede concluir de las palabras de Julen Lopetegui en su primera entrevista, a los medios del club, desde el hotel de concentración: hay que tener paciencia y sacar lo mejor mientras se activan las salidas y las llegadas.

Entre líneas, al técnico guipuzcoano se le puede sacar algún mensaje de comprensión hacia su realidad como gestor del grupo que ahora mismo tiene en sus manos, que calificó de “poco homogéneo”. Es más, incluso afirmó que la entidad debe aspirar, y en eso anda, a tener “una plantilla acorde a las exigencias de un club como el Sevilla”. Aunque también se mostró ilusionado y convencido de que poco a poco el departamento de fútbol irá dando esos pasos para satisfacer la exigencia.

Joan Jordán habló de la “tremenda ilusión” que rezuma el grupo, aunque también habló de la dificultad del nuevo reto. Ese mensaje de pujanza y de autoexigencia fue el que también enarboló Bono, quien con su discurso calmo dejó claro el objetivo al que se enfrenta un Sevilla “que no tiene techo”: mejorar el cuarto puesto en la Liga de la pasada temporada. Claro que eso no es nada sencillo cuando a falta de 28 días para que el equipo de Lopetegui reabra la competición, el 15 de agosto ante el Rayo Vallecano en el Ramón Sánchez-Pizjuán, apenas hay un refuerzo, el de Dmitrovic, que debutó en la tranquila segunda parte del primer amistoso.

Ante el Coventry, antes del segundo este jueves en La Línea ante Las Palmas, Lopetegui tuvo que tirar de lo que tiene ahora: una parte de su columna vertebral en espera de que la completen varios internacionales y muchos canteranos. Éstos, por ahora, tienen el rol de comodín para completar un grupo de futbolistas mermado. Sigue habiendo muchas incógnitas en torno a la configuración final de la plantilla y será difícil que alguno de los canteranos que fueron alineados en ese primer amistoso formen parte del grupo elegido.

En esto último, la selección de los hombres que aspirarán a mejorar lo realizado en los dos primeros años de Lopetegui, depende mucho de las contingencias de un mercado absolutamente varado por la crisis del Covid-19, que es ahora cuando está teniendo su crudo reflejo en el fútbol.

A casi un mes de la Liga no es el contexto ideal para preparar la temporada. Después de una pretemporada exprés en 2020, entre Colonia (Europa League) y Budapest (Supercopa de Europa), Lopetegui tiene tiempo de sobra para madurar la preparación. Pero no tiene las piezas con las que ir modelando su nueva versión del Sevilla:los que están ya tienen interiorizado su método de trabajo y su idea de juego, más allá de lo que pueden ir asimilando esos canteranos que, según las necesidades, pueden ayudar al primer eqiupo en determinados momentos.

La concentración de Bono, con dos paradones, en la primera parte; la aportación a balón parado de Óscar Rodríguez; la frescura de Carlos Álvarez e Iván Romero; las ganas de Idrissi, que hizo un golazo de falta... Pocas son las notas futbolísticas que dejó el amistoso.