Algo no viene haciendo bien el Sevilla en los últimos años. Quizá llevado por la tremenda fortaleza que tuvieron Koundé y Diego Carlos, amparados en el mejor Fernando antes de que éste se lesionara el tobillo, Monchi no se preocupó en demasía de dotar de repuestos a la zaga en el eje de la misma, donde una vez más se acumulan las ausencias.

En esta ocasión, además, éstas llegan con las bajas por sanción de Gudelj y Joan Jordán, un imponderable, o no, porque el serbio pareció forzar la quinta amarilla en el triunfo sobre el Mallorca para poder estar limpio de esfuerzos ante el PSV. Ahora resulta que no podrá jugar la vuelta tampoco en Eindhoven. Lo cierto es que cuando más falta le hace, el Sevilla acude a una cita de Liga con un solo central entre los 21 desplazados.

Posibles onces.

Un solo central y ni siquiera puede tirar Jorge Sampaoli de gente de la cantera, porque los cuatro futbolistas del filial que montó en el AVE hacia Madrid ayer por la tarde el argentino eran de todo menos centrales: el meta Alberto Flores -viajará hoy tras jugar ayer en Sanlúcar-, el medio centro defensivo Lulo, el mediocampista ofensivo Manu Bueno y el atacante Carlos Álvarez. Es decir, que el mal endémico de la precariedad de la zaga es extensible a un Sevilla Atlético que, por otro lado, como colista descolgado de Segunda RFEF, tampoco está para muchos préstamos. ¿Y Kike Salas? Pues cedido en el Tenerife junto a Iván Romero, por esa política del club de darles salida a los canteranos que ya no tienen sitio en el segundo equipo y tampoco se asientan con continuidad en el primero.

Es una forma de aliviar también la nómina de futbolistas, puesto que entre los canteranos a los que que ya se les queda chico un equipo de Segunda RFEF –José Ángel, Kike Salas, Juanlu, Zarzana, Iván Romero, Juanmi Cruz...– y los futbolistas de la primera plantilla que andan por ahí cedidos –Augustinsson, Delaney, Januzaj, Idrissi, Rony Lopes, Óscar Rodríguez– podría hacer otra plantilla y ya está casi superando el tope salarial y, desde luego, lleva forzando los balances económicos varios años por el falso señuelo de los cuartos de la Champions, que jamás ha alcanzado en los últimos cuatro años. Imaginen lo que supondría un descenso de categoría...

Bueno, pues por este cúmulo de circunstancias, por la nueva lesión de Loïc Badé que se une a las de Marcao y Rekik en la zaga, el Sevilla acude con un solo central específico entre los 21 convocados para Vallecas. Aun así, Sampaoli espera complicarle la vida al sorprendente, dinámico y vertical equipo de Iraola.

"El Rayo es un equipo que se ha consolidado en LaLiga, tiene una regularidad importante, ha competido muy bien contra cualquier equipo en cualquier lugar. Va a ser muy complicado para nosotros, pero también para ellos", dijo el argentino apostando por los suyos, entre los que espera que perseveren en esa mejoría mostrada en casa desde que empezó el año 2023, con cuatro triunfos cada vez más solventes -cinco con el de Europa League-, en un crecimiento continuo al calor de Nervión que debería demostrar también a domicilio. Sin embargo, está de nuevo muy condicionado por las bajas y esto, desde luego, influirá.

El once está lleno de incógnitas. Fernando tendrá que acompañar a Nianzou como central, función que, para respetar el habitual 3-4-3, podría tener que desempeñar Acuña. Hay un vacío en el centro del campo que llenará Pape Gueye con volantes más ofensivos, con la incógnita del estado de Rakitic y Óliver Torres como único interior en perfecto estado. Y luego hay que confiar en el estado de forma de En-Nesyri. Sampaoli le dio ayer mimos en el césped y ante la prensa... Como para no dárselos...