El Sevilla tiene una deuda con su propia historia, con su grandeza lustrada en este siglo XXI en el que se ha instalado en la élite española y europea. Tras concluir la primera vuelta con otra derrota en uno de esos escenarios en los que no refleja esa talla aristocrática, entiéndase etimológicamente, el equipo de Pablo Machín acude al estadio que peor se le ha dado en esta nueva centuria, pese que allí firmó una de sus más grandes proezas en agosto de 2007. Quizá sea el momento de equiparar esa historia de laureles reverdecidos con su respuesta en los grandes estadios. La Copa del Rey, ese otro gran reto ante el Barcelona, queda completamente aparcada.

En esta centuria que ya camina hacia la tercera década el Sevilla ha logrado hitos de una altura inimaginable cuando salió del agujero de la Segunda División en medio de una agudísima crisis económica con la llegada de Joaquín Caparrós de la mano de Roberto Alés... y de José Castro. Luego, a raíz del impulso de José María del Nido, continuado por el actual presidente, se ganó el respeto de toda Europa ganando seis títulos continentales, seis, uno de ellos al Barcelona. También se ganó, en menor medida, el respeto del fútbol español levantando tres títulos, dos de ellos ganados a dos grandes, el Real Madrid, la susodicha proeza en la Supercopa de España, y el Atlético, en la memorable final de Copa en el Camp Nou.

Onces y convocatorias

Además, ha superado en la clasificación histórica de la Liga al Espanyol. Ya es el sexto de esa tabla, pese a haber jugado nueve temporadas menos en Primera División. Y es el octavo del ranking UEFA después de la última actualización. Asimismo, es el octavo del mundo en el baremo de Football World Rankings, actualizado esta misma semana.

Pero todo esto no le ha servido para levantar su voz como debiera en los grandes estadios de España. Repasando las estadísticas de este siglo de los partidos ligueros a domicilio frente a los seis clubes que lo anteceden en la tabla histórica, el resultado es pobre. Y el Santiago Bernabéu es el coliseo que peor se le ha dado.

El Real Madrid no anda fino y tiene bajas, pero hoy sí jugará con un once titular que impone

En orden inverso a esa clasificación histórica, el Sevilla ha perdido 11 partidos en San Mamés, por seis victorias y ningún empate; 11 veces también en Mestalla, frente a cinco victorias y un empate; sólo perdió nueve veces en el campo del Atlético de Madrid, por cinco empates y dos triunfos; ganó una vez en el Camp Nou y sacó dos sufridos empates por 14 derrotas... Y en el Santiago Bernabéu, dejando a un lado las tres derrotas, con polémica incluida, en la Copa del Rey, perdió 15 veces de sus 17 visitas y logró dos victorias: una con Joaquín Caparrós (0-1 en 2004) y otra con Manolo Jiménez (3-4 en 2008), ambas en vísperas de Navidad. Mañana se cumplirán justo 34 años del anterior precedente victorioso en Chamartín del Sevilla, aquel triunfo del equipo de Manolo Cardo en la temporada 84-85 (1-2), en el ya lejano siglo XX.

Son lapsos de tiempo demasiado grandes los que separan los hitos de ver al Sevilla ganar en el imponente Santiago Bernabéu, donde arbitrará Mateu Lahoz, de tan ingrato recuerdo por aquel penalti que pitó en la Copa por un empujón de James a Modric. Pero ahora está el VAR, como recordó irónicamente Joaquín Caparrós durante la presentación de Munir. Un VAR que no apreció el empujón de Savic a Andre Silva... ante las barbas de Mateu.

Machín cuenta con su equipo de gala, pese a la sanción de Roque Mesa en su mejor momento

Ahora, el Sevilla de Pablo Machín afronta el doble reto de saldar esa deuda histórica y, también, de aprobar la asignatura pendiente de su actual trayectoria a domicilio. El Sevilla es tercero en una Liga con poca puntuación por su elevadísima igualdad. Pero los resultados lejos de Nervión son mejorables: tres triunfos (Rayo, Levante y Eibar, éste ya el lejano 30 de septiembre), tres derrotas y cuatro empates.

El Madrid acaba de igualar con 33 puntos al Sevilla, que sólo lo antecede en la clasificación por su mejor goal average. Su gran triunfo en el Ramón Sánchez-Pizjuán fue la puntilla para Lopetegui y ahora con Solari tampoco es que ande muy allá el equipo de la capital de España, pese a su sufrido triunfo, con varios canteranos por las bajas y algún capricho, en el Benito Villamarín. O sea, es el momento de defender el estatus ganado, tanto históricamente como actualmente. No sólo el tercer puesto está en juego.

En teoría, Machín puede alinear a su equipo de gala, aunque por ejemplo Roque Mesa está sancionado habiendo mostrado mejores prestaciones últimamente que el futbolista titular en el puesto, Sarabia. Sí recupera el técnico soriano a Franco Vázquez y están disponibles todos los defensas, aunque su jefe natural, Kjaer, quedó retratado ante Williams en San Mamés y Gnagnon, sorprendentemente, es el central que mejor momento de forma está mostrando, pero se quedó en Sevilla.

Banega, Mudo y Sarabia deben jugar a lo grande y la delantera ha de seguir muy certera

No obstante, todo indica que Machín apostará por su equipo de gala, es decir, el que se aprendió el sevillista de memoria. En esta ocasión tiene alternativas además, las que ofrecen, si no Gnagnon, sí Amadou, Promes o Munir, en cuyo debut en Nervión demostró tanta calidad y ganas como falta de fondo físico, pero puede ser un importante revulsivo, como también el joven Bryan, incluido en la convocatoria

Enfrente estará un Madrid que presenta inestabilidad y bajas. Pero es el Madrid, juega en el Bernabéu y tiene el aliciente de superar a su inmediato antecesor en la tabla. Ante eso, el Sevilla debe responder como lo que es en este siglo XXI, un grande de España y de Europa. A ver si por fin es capaz en un gran escenario.