Sevilla FC-Girona | Sarabia versus Portu

El concertino es tocayo del míster

  • Con su fútbol vertical y dañino, el madrileño hizo de agudo solista en un concierto bajo la batuta de Banega

  • Tuvo la primera gran ocasión, dio el pase del penalti y firmó el 2-0, una jugada para enmarcar

Sarabia, agarrado por Valery, maniobra ante Douglas Luiz.

Sarabia, agarrado por Valery, maniobra ante Douglas Luiz. / Juan Carlos Vázquez

Con su cara de infante sabihondo, Pablo Sarabia es un baluarte del Sevilla de Pablo Machín. Pensar ahora en que el club se planteó su traspaso ante la dificultad de renovarlo para cambiarlo por Samu Castillejo da hasta repeluco. Sarabia ya es el segundo máximo goleador del Sevilla en la Liga, al situarse con 7 tantos en el mismo nivel que Ben Yedder y sólo por detrás de Andre Silva (8). En total lleva 15 goles. Fue el autor del gol sevillista en Mestalla y ante el Girona abrió los caminos del triunfo. Participó en los dos tantos, con su visión de juego, con su capacidad para leer los terrenos en donde es más difícil. Fue el concertino perfecto bajo la batuta de Banega, que empezó frío, como el día.

Este verano, mientras Joaquín Caparrós tuvo claro que era un error deshacerse de Sarabia para fichar a Samu Castillejo ante la avalancha de protestas que surgió cuando se filtró la noticia, Portu era una de las piezas codiciadas para satisfacer en parte las peticiones de Pablo Machín. Portu no llegó, Ben Yedder se quedó y Machín tuvo que readaptar su idea inicial a la realidad de que el franco-tunecino tiene que jugar y también de que el centro del campo carecía de piezas suficientes. La invención de los dos interiores, Sarabia por el carril del 8 y Franco Vázquez por el del 10, fue la llave maestra.

Ante el Girona de Portu, Sarabia sacó su agudo violín para convertir en celestial la música del Sevilla en la desapacible mañana prenavideña. Y eso que el Girona de Eusebio, después de su corrección inicial, para calcar al de Machín, puso un espejo en el Ramón Sánchez-Pizjuán en el que se veía feo el Sevilla al inicio. Con intensidad, Portu fue el abanderado de esa salida dominadora, con mucha gente en campo contrario, que le costó sacudirse al Sevilla de Banega, enredado muchas veces ante la presión a la que lo sometían Pere Pons o Douglas Luiz.

Portu y Stuani estuvieron a punto de hacer trizas el espejo. En un error de Banega, otro, durante la primera mitad, una contra derivó en un pase letal de Portu que Stuani estrelló en Vaclik. Sergi Gómez, no obstante, se batió el cobre con el inquieto murciano. Lo calmó.

Aparece Sarabia 

Mientras Portu presionaba, Sarabia amenazaba con su veloz verticalidad, de ideas y de piernas. Una peinada suya a Ben Yedder propició la primera llegada. La primera gran ocasión salió de su bota izquierda, tras un jugadón de Andre Silva, pero no sería hasta la segunda mitad cuando daría el do sostenido.

Si fue clave su pase a Andre Silva en el penalti del 1-0, en el 2-0, un golazo que guardará en vídeo Machín, le quitó la batuta a Banega. El argentino lo habilitó, y el madrileño hizo el resto apoyándose en Andre Silva –¿un autopase?– y en Ben Yedder. El 2-0 llevaba la firma de Sarabia, el mejor intérprete de Machín. Concertino, tocayo y goleador. Casi ná.

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