El Sevilla de Monchi

Citius, altius, fortius, un lema al servicio de Lopetegui

Jules Koundé y Lucas Ocampos saltan con fuerza por un balón alto.

Jules Koundé y Lucas Ocampos saltan con fuerza por un balón alto. / Antonio Pizarro

Desde que arribó Monchi a la dirección deportiva, una de sus premisas fue dotar de más potencia física a una plantilla que había adolecido de falta de fuerza, fondo e incluso presencia. En la pasada temporada, hubo algún partido, sobre todo en el último tramo, con Gonalons de nuevo lesionado, en el que los futbolistas más altos apenas eran uno o los dos centrales y Franco Vázquez (1,86), un jugador que destaca más por su talento que por su capacidad física. Precisamente fue Monchi el que inició ese giro hacia el talento y la calidad técnica desde el relevo de Unai Emery por Jorge Sampaoli.

Ahora el director deportivo se ha empeñado en hacer un Sevilla más rápido, más alto, más fuerte... sin renunciar al talento. Los siete primeros fichajes así lo corroboran: seis pasan, algunos con mucha distancia, los 1,80 metros y el único que no llega es Reguilón, un lateral alto que mide 1,78 metros.

El citius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte) fue el lema del barón de Coubertin en los Juegos Olímpicos de Atenas en 1896, aunque el aristócrata le debe la idea a un fraile dominico. Y ahora toma forma en el Sevilla de Monchi y Lopetegui. El guipuzcoano quiere el dominio del balón, pero no para dormir al rival y a los espectadores: requiere rapidez en el juego, velocidad de reacción, presión inmediata tras la pérdida de balón... Y eso requiere un espíritu de héroe homérico.

La deriva de la plantilla en las dos últimas temporadas había producido un acentuado déficit físico. El Sevilla incluso dio la imagen de desfondarse en los últimos tramos de las tres últimas temporadas, incluida la de Sampaoli, a quien se le cayó el equipo desde la eliminación de la Champions en Leicester.

Esta misma temporada, incluso con Joaquín Caparrós, un técnico que se caracteriza de dotar de carácter al equipo, el Sevilla ha sido víctima de duros varapalos ante equipos más vigorosos y menos técnicos. Ahí están las derrotas clave ante Getafe, Girona y, sobre todo, Leganés. La de Montilivi incluso dejó en evidencia la impotencia y la rabia de un sobrecargado Banega que terminó justamente expulsado y sancionado con cuatro partidos: aún tiene uno pendiente.

Lopetegui dialoga con Koundé en presencia de Diego Carlos. Lopetegui dialoga con Koundé en presencia de Diego Carlos.

Lopetegui dialoga con Koundé en presencia de Diego Carlos. / Antonio Pizarro

Monchi fue testigo directo de esa debacle física de un Sevilla que recitó su definitiva y dolorosa elegía en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante el Leganés (0-3). Y se puso manos a la obra. Sus seis primeros fichajes son futbolistas de distintas caracterísiticas, pero todos tienen una base física importante. El de menos presencia física es el joven Reguilón (22 años). Pero sus 1,78 metros por pura casualidad, sitúan al defensa madrileño como el más alto de los cinco laterales que están actualmente en la plantilla: Jesús Navas (1,72), Aleix Vidal (1,77), Escudero (1,76) y Arana (1,76).

Esta coincidencia, quizá oportunista, no desdice la realidad de los otros fichajes, incluido Munas Dabbur, que llegó en enero y es el segundo menos alto de los refuerzos con sus 1,82 metros. El israelí de etnia palestina tiene 27 años, una edad ideal para la presión que debe soportar un goleador.

El siguiente en altura es Jules Koundé, quien no tiene una estatura elevada (1,84 según Transfermarkt, aunque está más cerca del 1,80) para ser central, aunque sí atesora un vigor innato y un tren inferior que lo hace veloz en la carrera, fuerte en el choque y con una gran capacidad de salto. A sus 20 años, ésos son los cimientos de la esperada eclosión de Koundé en un campeonato como el español.

Joan Jordán (25 años y 1,85 metros) es un centrocampista que combina físico y calidad; Diego Carlos sí impresiona por su físico (26 años y 1,86 metros) y sin embargo es de un perfil más técnico que Koundé. Y Lucas Ocampos (24 años y 1,87 metros) y Luuk de Jong (28 años y 1,88) se llevan los laureles de la imponente presencia física. Músculo y potencia al servicio de ese fútbol moderno que busca Lopetegui bajo la premisa de Monchi: citius, altius, fortius.

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