El Consejo Superior de Deportes aprobó el protocolo de LaLiga para la vuelta a los entrenamientos. La Asociación de Futbolistas Españoles se manifestó conforme con el informe positivo del Ministerio de Sanidad, a través del CSD, para la realización de los test a los futbolistas como medida extensiva previa a esa vuelta paulatina a los entrenamientos. Los clubes se afanan en ponen en marcha la Fase 1 de ese protocolo, con la vuelta de los entrenamientos individuales posiblemente desde el lunes 11... Y el Sevilla se enfrenta al fortísimo recelo de su afición a la vuelta de la competición, expresado en un comunicado colectivo.

No es un asunto baladí esa reticencia del sevillismo de a pie, que tomó definitivamente forma el pasado martes, cuando unos sesenta colectivos entre peñas y otras agrupaciones de seguidores del más variopinto pelaje se pusieron de acuerdo en una cosa: no quieren la vuelta del fútbol en las actuales condiciones. Además de una cincuentena de peñas de toda la geografía nacional e internacional (Sevilla, por supuesto, pero también París, Argentina, Las Palmas, Málaga, Jaén, Almería, Granada, Huelva, Cádiz, Madrid, Alicante, Valencia, etc.) al comunicado se adhirieron colectivos que aglutinan a accionistas minoritarios o hinchas de a pie, desde Voz del Sevillismo, hasta Biris Norte, pasando por Sevillismo Unido o Tercera Vía Sevillista. Su transversalidad es amplísima y ajena a las necesidades económicas del fútbol.

El sevillismo de a pie ha sido reticente con la paulatina acentuación del sentido empresarial del club. Accionistas Unidos ya inició una cruzada contra la venta de acciones y la continuó con la profesionalización del consejo de administración, aprobada junto al reparto de dividendos en la Junta de Accionistas de 2017. Se convirtió en el primer y único club de Primera División en repartir dividendos.

En la última Junta, la de 2019, se volvieron a reformar los Estatutos Sociales para que la retribución del consejo se ampliara al 1% de los ingresos totales. Y se aprobó la subida de cada dividendo por acción de 15 a 44 euros. El Sevilla Fútbol Club Sociedad Anónima Deportiva pasó de repartir 1,5 millones de euros en dividendos en 2018 y 2019 a 4,5 millones en 2020. Y en eso estalló la crisis del coronavirus y el club tuvo que pactar una reducción de sueldo con la plantilla como consecuencia de la aplicación de un ERTE.

La Junta de Accionistas de 2019 fue el resultado de la paz social anunciada en otoño de 2019. "Este gran pacto nos da la estabilidad necesaria, con ADN sevillista, para acometer los grandes proyectos estratégicos que tenemos en mente en esta renovada aventura", dijo el presidente del Sevilla. Y en la Junta, el 30 de diciembre, se selló esa paz entre las facciones encabezadas por José Castro y José María del Nido, que habían protagonizado en 2018 un enorme pulso por ver quién compraba más acciones, con la sospecha de avales de raíz extranjera. De hecho, en la Junta de 2018 entró en el consejo la sociedad Sevillistas Unidos 2020, de la que se especuló que era de capital extranjero. Se llegó a pagar en aquella inflación bélica 1.500 euros por una acción. Y esa guerra y el coste de la paz subyacen en esa reticencia del sevillismo.

El aficionado sevillista no es distinto al aficionado en general. La Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (Fasfe) expresa su rechazo a la vuelta de la Liga: creen que, sin público y con virus, sólo prima el dinero. Los clubes argumentan que se hundirá su economía y los puestos de trabajo que dependen del fútbol. Y el sevillismo de base no quiere fútbol televisado y confinado. El club, mientras se dilucida si vuelve o no la Liga, calla y prepara su gabinete de crisis. Pero en algún momento debería explicar bien sus tesis, el porqué del ERTE habiendo repartido dividendos, cuál ha sido la reducción de sueldo del consejo y en qué medida las fortísimas estructuras del club temblarán si no se reanuda la Liga. Ésa es la actual exigencia del sevillismo de base .