Sevilla FC

El verdadero y anhelado rol del Papu Gómez

Papu Gómez celebra el l 1-2 ante el Celta junto a Óliver Torres.

Papu Gómez celebra el l 1-2 ante el Celta junto a Óliver Torres. / Antonio Pizarro

Desde que llegó hace ahora un año, Papu Gómez ha venido aportando su versatilidad al Sevilla sin terminar de asentarse como un futbolista fundamental. Y también desde su aterrizaje, una vez que se hizo oficial su fichaje el 27 de enero de 2021, el futbolista ha venido recordando que a él le gusta jugar con libertad por dentro. Sin embargo, las necesidades del guión de Julen Lopetegui lo han arrimado casi siempre a la banda izquierda, mucho más en los dos últimos meses por el cúmulo de bajas de la plantilla sevillista. Ante el Celta, en cambio, salió como revulsivo, suelto por dentro y bajo su batuta casi remonta el Sevilla.

Es uno de los debates abiertos en el sevillismo, el reparto de roles y piezas dentro del esquema de Lopetegui, sobre todo en el frente del ataque, que va a mejorar con la llegada del Tecatito Corona. El mexicano, que se ha visto obligado a jugar nada más aterrizar, casi literalmente, en Sevilla, abre el abanico del frente del ataque. Lopetegui, desde su confinamiento domiciliario, lo ubicó ante el Celta en el ala izquierda, el lugar donde había venido jugando Papu Gómez durante los dos últimos meses sin descanso, sin receso alguno, por las bajas de futbolistas para esa zona. Sin Lamela ni Suso, Ocampos se situó en la derecha y su compatriota en la izquierda, sin que Munir, otro recurso ahí que tampoco cuajó nunca, pudiera echar un relevo al menos en las segundas partes.

Papu Gómez ha actuado de extremo izquierdo en todos los partidos del Sevilla desde el 28 de noviembre, día en que asió la titularidad ahí en el Santiago Bernabéu y ya no la soltó hasta que Tecatito le dio el relevo ante el Celta. Durante esos diez partidos seguidos como titular, ocho de Liga y dos de Copa con Zaragoza y Betis, el Papu se remangó para echar un cable en la izquierda, donde también el equipo ha echado en falta en algún partido a Acuña. Por ejemplo, en San Mamés y ante el Barcelona. Y precisamente cuando el Papu volvió a sentarse en el banquillo de suplentes, tras dos meses de esfuerzo continuado, salió en la segunda parte, como mediocampista ofensivo por dentro, y movió el partido hasta dar con la tecla.

El Papu, perfilándose hacia dentro desde la derecha, marcó el 1-2, un golazo con su pierna izquierda. Y brindó la jugada del 2-2 de Óliver Torres –su aportación por dentro también fue trascendental–, con un centro desde la izquierda, también con su pierna natural de apoyo, la izquierda, aunque el argentino ha demostrado muchas veces su cualidad de ambidiestro, siendo su pierna fuerte la derecha.

Marcó así el cuarto gol de esta temporada, superando su marca de tres goles de la pasada media campaña. En esta ocasión ha necesitado más partidos, 26 en total, con el siguiente reparto: 17 de Liga (1.083 minutos) y tres goles (a Valencia, Barcelona y Celta); 5 de Champions y 4 de Copa con un gol (al Betis). En su primera media temporada marcó tres goles en 18 partidos de Liga (916 minutos), y participó en 2 más de Champions y 3 de Copa sin ver portería.

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