La llegada de Suso al Sevilla puede abrir otra vía distinta para la fase ofensiva en el habitual 4-3-3 de Julen Lopetegui. El gaditano es un soplo de aire fresco y posibilita cambiar de banda a Ocampos para ofrecer otra vía de llegada aprovechando su potente disparo a pierna cambiada. Al Sevilla más que gol le falta remate, profundidad, desequilibrio. Eso lo puede dar Suso con su visión y sus caídas hacia dentro, hacia esa oquedad que hay en el puesto de mediapunta. Pero, ¿Y En-Nesyri?

Hasta ahora no ha roto como nueve el marroquí, un joven futbolista de 22 años que tiene mucho por delante, pero que si ha destacado en la Liga hasta ahora, tanto en el Málaga como en el Leganés, ha sido por su potencia y su velocidad para jugar al espacio. Y en el Sevilla de Lopetegui por ahora no se hallan esos espacios por ningún lado.

En-Nesyri se dirige junto a Munir y un sonriente Diego Carlos al entrenamiento.

Es más, el internacional marroquí en sus dos temporadas en el Leganés siempre ha jugado con otro delantero, casi siempre con Braithwaite, y se le está haciendo difícil actuar como único punta. A ratos, Lopetegui sí lo ha situado con De Jong, para que éste le haga la mediapunta, una variación que por ahora no ha cuajado y ha sido muy puntual.

Con Suso puede variar algo eso. "Buscamos que sea protagonista en la última cuarta parte del campo y ayer ya esbozó algo, ayer eran dos líneas de cinco y cuatro a verlas venir y necesitamos ese jugador de tener esa capacidad de desborde en situaciones de inferioridad", dijo Monchi.

El director general deportivo se refería a las veces que el gaditano buscó desequilibrar el férreo entramado del Leganés metiéndose entre líneas, abandonando la banda derecha desde la que partía. Intentó un disparo, lanzó una falta, buscó un par de veces a Franco Vázquez y a Ocampos en las pocas ocasiones en las que sus compañeros realizaron desmarques de ruptura en el área...

Ahí puede que haya una embrionaria simbiosis entre Suso y En-Nesyri, más hecho a los desmarques y a atacar los espacios que a ser un delantero posicional rematador. En Miranda de Ebro, el rato que estuvo, incluso falló claras dejadas de cabeza a las que no llegó, cuando el Sevilla buscó en largo su referencia.

Pero potencia y velocidad, y conducción en carrera, sí que tiene. ¿Es contradictorio con el sistema de Lopetegui? El tiempo dirá, pero hasta ahora, incluso el mismo De Jong ha jugado mejor los partidos en los que ha tenido espacios, como el derbi o en el Bernabéu, también ante el Granada, que los encuentros ante rivales cerrados, con ataques más posicionales.