Juventud Torremolinos - Sevilla

Así jugaron los futbolistas del Sevilla: Las señales de Fernando y Rafa Mir

Rafa Mir y Rakitic celebran uno de los goles del Sevilla en Torremolinos.

Rafa Mir y Rakitic celebran uno de los goles del Sevilla en Torremolinos. / Daniel Pérez / Efe

Pocas conclusiones se pueden sacar de estos partidos de Copa del Rey que son un incordio para los equipos de élite. La diferencia de categoría invita a que el grande tenga poco que ganar con el triunfo y demasiado que perder con el accidente. Pero aún así el encuentro del Sevilla en Torremolinos dejó señales, algunas positivas y también algunas negativas. De éstas, quizá la más llamativa, como aviso para navegantes, fue que a Fernando se lo vio incómodo... ante un rival de Segunda RFEF.

El déficit físico de Fernando cada vez es más evidente. Hace mucho tiempo que Fernando viene pidiendo a gritos un relevo de garantías para su posición clave en el equipo. En Torremolinos jugó de central y a veces se solapó con Gudelj en despejes y en la salida, con alguna descoordinación entre ambos porque pisaron terrenos muy similares, aunque el 6 era el serbio. La ocasión más clara de los locales llegó en una pérdida suya. Suple con oficio su evidente déficit físico, pero si se le nota ya hasta con un Segunda RFEF....

Rafa Mir, un triple asistente reñido con el remate a gol. El murciano estuvo en los tres goles del Sevilla: asistió por ganas apurando un balón que se perdía a Carlos Álvarez, dio el pase del autogol de Dani y propició el tercero, el de Joan Jordán, al rematar al muñeco el pase de Nacho Quintana. Estuvo también en media docena más de llegadas. Desplazado a la izquierda en lo que parece un claro mensaje a Monchi de Sampaoli, le costó acomodarse en varios remates que tuvo, en los que no supo elegir bien si usar la izquierda o la buena, la derecha. Con esta falló la más clara en el 87', el bote tampoco lo ayudó.

Óliver Torres, ubicuo y clarividente. Óliver Torres está siendo un oportuno comodín para Sampaoli en este periodo de precariedad de piezas y sin extremos específicos. Como en los amistosos, actuó como ala derecha y, cuando el partido estaba más incierto, fue el futbolista que tuvo más clarividencia, con balones en largo o en pases interiores como el de la clara ocasión de cabeza de Carlos Álvarez previa a su gol. Apareció por la izquierda también, en apoyos por dentro, en cambios de orientación. Sin tener un sitio claro en el equipo de Sampaoli, de momento es una solución válida en la derecha ante la precariedad de piezas.

Joan Jordán no sale de su incómoda indefinición. El gol que marcó en el minuto 92 puede servirle para que despeje su cabeza de dudas y fantasmas. Él mismo ha reconocido que le pasó factura el episodio del derbi y desde entonces anda como buscando su mejor versión, sin dejar de abandonar su indefinición. Tuvo pérdidas con absurdos balones atrás, una falta que acarreó tarjeta evitable y también momentos en que dio continuidad con criterio al juego. Sigue distando mucho del que tocó techo en 2020.

Dmitrovic: Solvencia en las escasas llegadas del Torremolinos, irregular con los balones largos por el viento.

Jesús Navas: Dio muchísima profundidad al flanco derecho del ataque, donde fue una continua fuente de llegadas e incluso tuvo clarividencia en el pase a Nacho Quintana en el minuto 87, cuando Rafa Mir falló la más clara.

Nianzou: Sobrado pese al hostigamiento fogoso del Torremolinos en el inicio del partido, con poco trabajo después.

Rekik: Se soltó poco porque el Sevilla se volcó más por la derecha y debía cubrir el flanco de Rafa Mir. Sobrio y sin complicarse.

Gudelj: Tuvo una gran ocasión irrumpiendo desde la izquierda, pero fue el más posicional de los mediocampistas y alguna vez pisó los mismos terrenos que Fernando.

Rakitic: Le costó hacerse al ritmo del partido cuando el rival estaba más brioso, pero se fue erigiendo en el jugador que daba continuidad y se fajó en labores defensivas.

Carlos Álvarez: Como quedó explicado en la crónica, fue un verdadero abrelatas y no sólo por marcar el 0-1. No es delantero y su estatura es una merma para el juego de espaldas, pero suplió con movilidad, concepto colectivo y agilidad esos espacios cortos del delantero centro. 

Nacho Quintana: Se alternó bien con Rafa Mir apareciendo por el centro y también por la derecha, como en dos jugadas profundas con buenos centros al área.

Kike Salas: Estuvo poco tiempo, pero salió más que airoso, demostrando de nuevo que puede ser un recurso cuando lleguen los partidos serios. 

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