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Unzué, vórtice de emociones ante el Dorsal de Leyenda

Unzué, rodeado de sus ex compañeros en el Sevilla, en una de sus visitas.

Unzué, rodeado de sus ex compañeros en el Sevilla, en una de sus visitas. / Twitter

Fue pionero en inspirar una peña femenina en Sevilla, la Peña Sevillista Juan Carlos Unzué. Y también el único en la Liga de 20 equipos que disputó todos los partidos en tres temporadas, entre 1991 y 1995. El carisma que tenía dentro del campo también lo irradiaba fuera, como sigue haciendo en su lucha contra la ELA (esclerosis lateral amiotrófica), una enfermedad que apartó de esta profesión a un estimadísimo compañero de redacción, maestro de periodistas deportivos.

Gran conversador, inteligente y dicharachero, el pamplonica recibirá hoy un baño de emociones en el que fue su hogar durante siete largas temporadas en las que saboreó las mieles de lo que por aquellos años era una simple clasificación de UEFA.

Unzué recibirá hoy su Dorsal de Leyenda del Sevilla. Conoció la noticia el pasado 7 de febrero, cuando visitó al equipo en el hotel de concentración de Pamplona, la víspera del Osasuna-Sevilla. Hoy vuelve a su hogar y será homenajeado no sólo por lo que significó en aquellos 257 partidos oficiales que defendió la camiseta del Sevilla, siendo superado sólo por dos mitos como Busto y Palop.

A este pamplonica de ojos azules, sonrisa afable y gestos educados lo esperan sus compañeros de generación y un sinfín de sorpresas y emociones. El Sevilla lo borda en estos asuntos y los motivos son sobrados para que los sentimientos afloren, se ericen los vellos y sean irreprimibles lágrimas justificadísimas e inevitables.

La cita es a las 12:30, en el antepalco del Ramón Sánchez-Pizjuán, donde se convirtió en uno de los escasos guardametas en la historia del club que jugó más de una temporada entera sin relevo alguno en la portería. Monchi era su paciente suplente y será de los primeros que se volcará con él en un acto que promete emociones fuertes.

Tras el almuerzo de gala en las entrañas del estadio que vibró con sus paradas y coreó su nombre, a veces con cierta guasa que acogía con su vitalista sonrisa –“¡Unzué, de limón, Unzué, de limón!”– todavía tendrá fuerzas en su silla de ruedas para firmar el libro que relata su dura lucha contra la ELA y su mirada hacia su prolífica trayectoria como deportista de élite, como guardameta y como entrenador, labor que tuvo que abandonar cuando le diagnosticaron la tremenda enfermedad.

Será por la tarde, junto a Monchi y Lopetegui, de seis a siete. Los ingresos del libro, Una vida plena, de los periodistas Ramón Besa, Marcos López y Luis Martín, serán para la Fundación Luzón, que trata de mejorar la calidad de vida de los que, con menos medios que Unzué, luchan contra la ELA. Al navarro le faltarán hoy guantes y reflejos para detener el aluvión de emociones.

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