Sevilla FC

Del VAR a Bono y De Jong, héroes inopinados

  • El videoarbitraje resultó en su día clave para el futuro del Sevilla en la Europa League y también el del portero en el club

El portero Bono se hace un 'selfie' con la copa de la Europa League.

El portero Bono se hace un 'selfie' con la copa de la Europa League. / Lars Baron (Efe)

La condición voluble, caprichosa y hasta azarosa del fútbol suele estar presente en la singladura de todo campeón. Y seguro que el portero marroquí –nacido en Canadá– Yassine Bounou, cuando besaba el preciado trofeo de la Europa League sobre la hierba de Colonia, se acordó de su grosero fallo ante Paun en el minuto 87 del Sevilla-Cluj, que dejó Nervión como un cementerio hasta que el colegiado de esa vuelta de los dieciseisavos de final, el letón Andris Treimanis, revisó con el VAR el gol que noqueaba a los sevillistas.

La acción fue meridiana: el delantero Traoré se había beneficiado de un rebote del balón en su brazo para hacer la jugada que acabó en ese 0-1. Tanto anulado, pues. Con la conclusión del torneo y el Sevilla campeón por sexta vez, el momento ha cobrado una plena trascendencia. La tecnología de nuevo cuño aplicada al fútbol ha podido ser decisiva para el desenlace de la Europa League. Nunca se sabrá si el Sevilla hubiera podido reaccionar a ese 0-1 en el minuto 87 para al menos forzar la prórroga (la ida en Transilvania quedó 1-1 tras un partido muy gris de los blancos), pero pocos daban un duro en ese momento por un equipo que vagaba como alma en pena por la hierba.

Si los colegiados hubieran ignorado la revisión de la jugada que acabó con ese tiro mordido e inofensivo que se tragó Bono, quién sabe dónde estaría hoy el Sevilla de Lopetegui. Posiblemente, muy lejos de la gloria europea que hoy saborea. Y el portero, en particular, sin esa sobresaliente reivindicación de sus cualidades en Alemania, para confirmar todo lo bueno que ya hizo en la Liga cuando Vaclík se lesionó ante el Eibar. Hace seis meses iba para villano y hoy, sí, regresa investido de héroe.

Algo similar le ha ocurrido al ariete holandés Luuk de Jong, cuyo irregular rendimiento en la Liga, con sus contados seis goles –aunque en partidos de mucho peso–, quedan en un segundo plano después de sus dos espectaculares testarazos en la final ante el Inter. El caprichoso fútbol...

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