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Azpilicueta sabe en dónde se ha metido

El navarro, que ve en su polivalencia un plus, muestra a un tiempo su ilusión y su realismo ante un Sevilla en crisis, se ofrece como referencia y lo tiene muy claro: “Cuando las cosas no van tan bien todos tenemos que poner de nuestra parte”

Los equipos a los que César Azpilicueta rechazó para firmar por el Sevilla: uno de ellos, de Champions

José María del Nido Carrasco y César Azpilicueta estrechan sus manos protocolariamente. / Antonio Pizarro

El realismo, a veces, no está reñido con la ilusión. Quizá por ahí se podría comprender el positivismo exacerbado, hasta el extremo de usar conceptos como la alegría o el divertimento, de Antonio Cordón en el balance nocturno del 1 de septiembre. Aquel día firmó como jugador del Sevilla César Azpilicueta (Zizur Mayor, Navarra; 28-08-1989). El día de su cumpleaños trascendió la noticia de que se había comprometido, un año más otro opcional, con un Sevilla que le pidió esperar hasta el final del mercado. Había que tener las cosas muy claras para esperar a este Sevilla y el navarro las tenía según reveló en su presentación, en la que aseguró que se ve "capacitado para competir con 36 años".

Azpilicueta compareció con una sonrisa dibujada sobre su rostro de joven modosito. Lo sigue siendo a sus 36 años recién cumplidos aunque parezca una elevada edad. O al menos él siente que lo invade ese espíritu joven que es fundamental para cualquier empresa. Y a esa ilusión une varios valores que él mismo reconoció que trae en su bagaje: la experiencia, el oficio, la polivalencia.

Llama la atención que un futbolista que no hace tanto estaba levantando la Champions (2021), la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes (2022) como capitán del Chelsea se embarque en una nave a la deriva a la que debe ayudar a reencontrar el rumbo. Y precisamente ése es el reto que lo trajo a este Sevilla de tanta mohína. “No me había encontrado este tipo de situaciones. No puedo entrar a valorar fichajes o salidas. Estamos los que estamos y cuando veo en el vestuario las opciones que tenemos, a muerte con cada uno de ellos y a lograr los objetivos que nos pongamos”, dijo convencido.

Sorprendió tanto como su elección la severidad con que parece conocer el estado de cosas en Nervión. Y más aún que precisamente esa situación ruinosa fuera un atractivo para él. “Sus palabras eran de que me necesitaban en este proyecto, que podía ser una parte importante no sólo en el campo”, dijo al ser preguntado cómo lo convencieron Cordón y Almeyda.

Hubo una frase que definió la motivación de Azpilicueta en su nueva aventura como capitán in pectore de este Sevilla en reconstrucción: “Cuando las cosas van bien todo es mucho más sencillo y cuando no van tan bien todos tenemos que poner de nuestra parte”.

Por ahí quedó definido su prurito por ayudar en la necesidad. Y también el realismo, del que dejó alguna prueba más después de ofrecer sus virtudes: su experiencia para ayudar dentro y fuera del campo y a los más jóvenes, su polivalencia para jugar donde lo “necesite el míster”... “Todo eso tenemos que demostrarlo en el día a día”. Ahí recordó el realismo de Almeyda, con el que conectó “desde el minuto uno”, de que no se puede convencer a la gente con palabras sino con resultados. Máxime con el lastre que arrastra el equipo... “Sólo hemos ganado un partido en 2025 como local. Y así es complicado tener confianza de poder aspirar a algo más”. Exacto.

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