Real Madrid - Sevilla

La contracrónica: Un disgustillo gratuito en un curso histórico

Se habría puesto a cuatro puntos del Atlético a falta de nueve. Aun ganando no estaría cerca de pelear de verdad por el título. Pero seguramente no pensarían eso los futbolistas del Sevilla cuando sufrieron el gol del Real Madrid en el minuto 94. Un error de Fernando en la salida del área, el balón llega a Kroos y su mal disparo da en la bota de Hazard, el hombre caído en desgracia, para que el equipo de Lopetegui vuelva a lamentar su suerte. ¿Pero tiene derecho a lamentar que ésta le diera la espalda como en el Camp Nou, cuando marcó Piqué en el mismo minuto 94? La suerte hay que buscarla... dicen.

El Sevilla pecó de conservadurismo cuando tuvo el destino de la Liga en sus manos. Partiendo de la base de que es absolutamente histórico y digno de alabanza lo que está haciendo Lopetegui, después de apenas parar en verano, es gratuito este disgustillo que se llevó su afición –y las del Atlético y el Barcelona– por tentar a la suerte cuando ésta le había hecho un guiño descarado. Un guiño seductor que habría hecho del Sevilla un guapo valiente que salía victorioso de Madrid jugándose el Real de Florentino ¡la Liga! Pero este equipo tiene que dar de vez en cuando esos disgustillos: su entrenador tiene esa forma de concebir el fútbol, a veces especuladora, conservadora... como queriendo controlar hasta las contingencias de la suerte, el VAR, los rebotes... Todo. Y pagó esa falta de bizarría.

Porque el Sevilla, ya clasificado para la Champions y cerca de batir su récord histórico de puntos, tenía poquísimo que perder y mucho que ganar. Y así salió al campo, acogotando a un Madrid herido por su derrota ante el Chelsea. Con las líneas adelantadas, los sevillistas se frotaban los ojos ante las largas posesiones de su equipo, mientras el Madrid apenas podía salir. Encima el VAR acertó al anular el gol de Benzema por fuera de juego. Y ahí reculó el Sevilla, o se vino arriba el Madrid, que se suelen juntar las dos cosas. Y se esfumó la gallardía sevillista... hasta que en una faltita a Joan Jordán cantó bingo en la estrategia. El 0-1, de pronto, abría la vía de la gloria.

Pero es su forma de competir: marcar y encogerse como el caracol. El contragolpe no es lo suyo. Pero de ahí a no salir de su campo casi nunca en toda la segunda mitad, salvo contaditas excepciones... Ni los cambios en busca de los espacios ni nada. Al Sevilla le cuesta olisquear la sangre de un rival volcado y desesperado. Quizá sea por concepción futbolística, quizá por concepción de la plantilla... El huevo o la gallina.

Sólo cuando empató Asensio miró al área rival. Pero este equipo que está haciendo historia no supo aprovechar ni lo más sorprendente: que el VAR, de nuevo, jugándose la Liga el Real de Florentino, anulara el penalti a Benzema y decretara el de Militao... ¿Cuándo en la historia volverá a suceder esto? ¿Cuándo tendrá tan a su merced a un Madrid tan plúmbeo? ¿Y una Liga tan baratita? Volvió a marcar, y volvió a encogerse. Y llegó el minuto 94. ¿Otra vez? Sí, otra vez. La ocasión fue única. Ahora seguirán peleando por la Liga los tres de siempre. Ay, esquivar ese guiño del destino.

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