Paso atrás para el Sevilla en la Liga de Campeones. El cuadro nervionense lo intentó frente al potente Arsenal, pero al final tuvo que dar su brazo a torcer ante la calidad de Gabriel Jesús. Ahí, entre otras muchas cosas, estuvo la gran diferencia del partido, el Arsenal tenía un nueve de gran categoría, capaz de generarse un gol y también de dárselo a un compañero, su compatriota Martinelli, en bandeja y eso, indudablemente, no existió en el bando local. En-Nesyri, el delantero titular, trabajó, pero sólo se pudo poner con cierta ventaja en un disparo previo al 0-1.

Cuando se juega una competición como la Champions es necesario tener un killer arriba de categoría suprema. El Sevilla lo ha tenido en muchas ocasiones, léase Kanouté, Luis Fabiano, Negredo, Gameiro, Bacca y otros delanteros de ese nivel, y ni siquiera así le bastaba para dominar con claridad. Ahora es peor, cuando se miden sobre el mismo césped En-Nesyri, con el máximo respeto hacia el marroquí, que es un buen futbolista, pero que no llega a los niveles en los que se mueve este Gabriel Jesús que fue decisivo para que el triunfo se fuera hacia el lado del Arsenal.

Son las cosas de un deporte que no siempre se rige por el dinero, pero que sí se ajusta en la mayor parte de las ocasiones a las tasaciones globales de una plantilla. No hay más que mirar las webs habituales en ese aspecto para conocer la diferencia entre el Arsenal y el Sevilla, entre Gabriel Jesús y En-Nesyri. Y ésa fue la que vio en la lluviosa noche vivida en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

No se le podrá negar al Sevilla, sin embargo, el espíritu de lucha, ese carácter rebelde para tratar de revertir la situación e incluso estuvo a punto de conseguirlo en el 94, cuando una mala salida de David Raya casi se convierte en el dos a dos, pero ahí no tuvo la buena suerte necesaria para que se hubiera dado la situación y, finalmente, los nervionenses se quedan en la cola del grupo en compañía del PSV Eindhoven. En los partidos contra los neerlandeses y los franceses del Lens estará la clave de todo, aunque en la visita al Emirates londinense tampoco es desdeñable cualquier sorpresa. Al menos, por lo visto esta vez las diferencias no fueron abismales.

En-Nesyri no consigue bajar un balón ante los centrales del Arsenal.

En el desarrollo de todo pareció claro que Diego Alonso había quedado muy satisfecho con el rendimiento de los suyos frente al Real Madrid y apostó por un equipo exactamente idéntico frente al Arsenal. ¿Demasiado esfuerzo con apenas tres días de descanso? Quien la lleva, la entiende, está claro, en lo referente a los parámetros físicos, pero lo cierto es que el Sevilla arrancará más o menos de la misma manera que lo hiciera ante el coloso madridista y repitió una actuación parecida contra el no menos gran equipo londinense.

Con Soumaré asentado en el mando de las operaciones en el centro del campo y el resto de los peones en una buena disposición táctica para también arriesgar en el manejo de la pelota, sin importarles la feroz presión de la escuadra de Mikel Arteta en busca de recuperar el esférico muy arriba. Y, como en la tarde contra el Real Madrid, también podían marcar los visitantes muy pronto, concretamente en el minuto 8, cuando Martinelli aprovechó que los suyos habían evitado el hostigamiento muy arriba de Rakitic y compañía. El brasileño se quedó solo delante de Nyland y éste logró evitar el gol, algo que no conseguiría cuarenta minutos después en la segunda llegada de la misma forma del extremo del Arsenal.

Fue el único tanto que se contabilizaba en la primera mitad después de un partido que había tenido bastante contenido para ambos equipos. Los sevillistas jugaron con valentía, sin que les quemara el balón a pesar de la velocidad con la que jugaban los ingleses cuando recuperaban la pelota, mientras más arriba mejor. Pero Soumaré no se ponía nervioso, tampoco Sergio Ramos, y los anfitriones fueron creciendo desde ese manejo del balón.

Mariano remata de cabeza por encima de Sergio Ramos.

No tuvieron muchas llegadas claras, sin embargo, los hombres de Diego Alonso, aunque En-Nesyri, apenas dos minutos antes del 0-1 (46'), sí había tenido una opción para, al menos, inquietar a David Raya, pero su disparo se fue demasiado cruzado. También Lukébakio, que no se atrevió a disparar en la jugada previa al contragolpe letal del Arsenal en el 0-1, pecó de no leer bien la jugada en otra llegada en el borde del área, cuando ésta pedía el disparo y optó por un pase sin mucho sentido. O el mismo belga no era capaz de controlar bien un pase, muy fuerte, cierto es, de Ocampos que lo hubiera dejado solo delante de Raya (21').

Habían sido los acercamientos más inquietantes para unos y otros, pero la realidad es que todo parecía destinado a llegar al descanso con las tablas del principio hasta que se dio la última contra, la más letal. Centro inocuo de Lukébakio, David Raya saca hacia Gabriel Jesús y éste se saca de encima la presión de Gudelj y Soumaré. El Sevilla estaba muy expuesto y ni Sergio Ramos ni Jesús Navas tuvieron la velocidad necesaria para hostigar siquiera a Martinelli, quien dribló a Nyland y marcó a puerta vacía.

Jarro de agua helada para los riesgos que había corrido el Sevilla y otra vez tocaba remontar contra el Arsenal, como en aquel partido disputado en el mismo escenario hace 16 años, en 2017. Pero la cosa no sólo no iba a mejorar, sino que empeoraba con el excelente gol de Gabriel Jesús (53'). Sin embargo, los hombres de Alonso reaccionaron a través de un testarazo de Gudelj en un córner sacado por Rakitic (58'). La esperanza volvía a comparecer.

El entrenador uruguayo trató de buscar soluciones con un doble delantero con Mariano junto a En-Nesyri prescindiendo de Sow y Lukébakio. En los últimos minutos, ya con Juanlu por Jesús Navas en el costado derecho, incluso Sergio Ramos se sumó a la nómina de delanteros centro. Pero se echaron en falta más centros laterales, sobre todo del susto que le metió David Raya a todos los suyos. Ahí le faltó al Sevilla esa dosis de fortuna, pero la suerte es tener a Gabriel Jesús en una plantilla, porque son los que finalmente deciden.

El Sevilla tiene lo que tiene y con ello deberá pelear con PSV y Lens, incluso en su visita al propio Arsenal, pero siempre sabiendo que un nueve de calidad es una de las principales claves de este deporte llamado fútbol.