La autodefensa de Del Nido Carrasco: tan necesaria como estéril

La credibilidad ante el sevillismo de su presidente es mínima por mucho que reconozca errores de gestión, explique el contexto en el que ‘heredó’ el club y denuncie “campañas de odio”

Del Nido Carrasco rompe su silencio: "Este consejo ha sufrido una campaña de odio"

José María del Nido Carrasco cuando se presentó como presidente del Sevilla el 2 de enero de 2024.
José María del Nido Carrasco cuando se presentó como presidente del Sevilla el 2 de enero de 2024. / José Ángel García

El Sevilla de José María del Nido Carrasco y Víctor Orta huele a ciclo acabado. Acabado antes de tiempo aun sin terminar y sin posibilidad de vuelta atrás. ¿O no es esa la sensación general tanto interna como externa? La situación es tan compleja, deportiva, económica e institucionalmente, que explicarla ante los medios de comunicación es un ejercicio de onanismo dialéctico absolutamente estéril.

Pero era necesario que el presidente del club, después de todo lo vivido en el Ramón Sánchez-Pizjuán, tanto antes como durante el partido frente al Atlético y sobre todo después de la derrota, tanto dentro como fuera del recinto, elevara su voz y diera alguna explicación. La versión oficial del comité de dirección al menos. Lo hizo de forma bien intencionada en los medios del club, que le apretaron hasta donde podían. Menos da una piedra...

Sin embargo, ese esfuerzo de someterse a un tercer grado de tu propio gabinete de prensa no tiene más sentido que ejercer de paliativo analgésico para un enfermo terminal como es este Sevilla en el que ya casi nadie cree, excepto los que lo administran, que no son muchos... La única solución de verdad es un cambio de ciclo radical, porque ya son demasiados asuntos ilidiables, empezando por una oposición accionarial ahora en minoría que ataca sin piedad ni deportividad.

El obligado mensaje de “unión con el cuerpo técnico” no garantiza que siga García Pimienta si hay debacle en Mestalla

Es una auténtica guerra que ya ha tenido como primera consecuencia una agresión a uno de los altos ejecutivos del club. Una simple colleja, un cate, una yoya... Una execrable agresión inaceptable en una sociedad civilizada. Pero es que el Sevilla actual es lo que sea menos civilizado. Así están las cosas.

Sí es civilizado que el presidente, el máximo responsable del actual Sevilla Fútbol Club, se explique. Y es lógico que haga autodefensa, que contextualice la deriva deportiva, económica e institucional del club, e incluso que hable de un futuro a medio o largo plazo en el que no estarán algunos de los protagonistas actuales. Por ejemplo, ¿estará Xavi García Pimienta el Domingo de Resurrección sentado en el banquillo del Sánchez-Pizjuán si el Viernes de Dolores el Sevilla sufre otro calvario indigno en Mestalla? Pocos apostarán por esto. Y sin embargo Del Nido Carrasco tenía que defender a su actual entrenador.

“Es el momento de estar cerca del cuerpo técnico y del equipo para que todos estemos lo más unidos posible y focalizados en ir al partido con humildad y ambición para conseguir los tres puntos”, dijo. No podía decir otra cosa, aunque la continuidad del barcelonés es imposible garantizarla.

“Tengo el claro convencimiento de que estoy preparado para soportar la presión”

Tampoco tendrá mucho efecto en la afición, la destinataria de su larga alocución, la autojustificación del Sevilla que se encontró. Él era vicepresidente de José Castro durante los cuatro años previos. Estaba en la pomada de forma creciente además... “Después de que este consejo clasificara al equipo diez veces seguidas para Europa ahora no estamos en competición europea, no tenemos los ingresos de Champions y eso hace que tenga que liderar una serie de decisiones impopulares que para mí son desagradables. Necesitamos dar estos pasos si queremos disfrutar más pronto que tarde de otro gran Sevilla”, dijo.

Y defendió el respaldo accionarial del actual consejo gracias al bandazo de los americanos -algo que no mencionó, claro-. “Quien gestione el club, que ahora es este consejo con un respaldo mayoritario del capital social, tiene que tomar esta serie de decisiones de ajustes, de reducción de costes, de dar dos pasos hacia atrás para coger impulso y dar dos hacia delante después, para volver a construir otro gran Sevilla”. ¿Seguro que este consejo está en disposición de construir otro gran Sevilla? Él así lo cree. No muchos más.

“Hay una campaña de noticias falsas como que venderemos el estadio y nos iremos a La Cartuja”

Pero Del Nido Carrasco quiere seguir construyendo su proyecto contra viento y marea mientras se cuece a fuego lento y entre bastidores la tercera vía, que no contará con él... “Entiendo que la afición del Sevilla es ambiciosa y exigente y quiere que el Sevilla esté en la posición que le corresponde, pero tenemos que empezar desde la base, subiendo los escalones de uno en uno”, dijo. Está obligado a decirlo.

Pero la afición quiere cambiar de escalera y que sean otros los que suban esos peldaños desde abajo. Otros que no tengan el apellido Del Nido, abrasado por la guerra paternofilial. El Sevilla necesita un reciclaje total y el sevillismo mira un futuro distinto al de Del Nido Carrasco. Su mensaje era necesario. Pero también es estéril.

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