La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
Marcao confirmado como capitán, Nianzou, Peque, Januzaj, los mismísimos Isaac, Juanlu o Carmona, a quienes muchos sevillistas pidieron que se fueran por el bien del Sevilla... Poco a poco, Matías Almeyda ha ido metiendo en el canasto a todos los jugadores de su plantilla, incluidos aquellos que parecían más que amortizados; y otros que eran objeto de puntuales enfados de una afición hastiada de la deriva ruinosa del club. A todos les ha ido dando su oportunidad siguiendo su doctrina de que el colectivo está por encima de las individualidades, sobre la premisa de exprimir todos los recursos a su disposición en la construcción del nuevo Sevilla, con el caso de Marcao como paradigma perfecto de ello. Pero Joan Jordán es un caso peliagudo.
El centrocampista catalán es el único futbolista de campo inscrito en la plantilla que no ha sido convocado aún por Almeyda. Hay otro cuyo caso ya es imposible, Álvaro Fernández. Al meta se le comunicó que no contaba, negoció su salida al Deportivo y finalmente rechazó rescindir el contrato que había renovado con Víctor Orta. Y tiene por delante a Vlachodimos, Nyland y Alberto Flores. Está inscrito por imperativo legal, pero no cuenta para nada. ¿Y Joan Jordán?
El centrocampista sí podría sumar en una medular que no anda sobrada de efectivos. Almeyda tiene a cuatro mediocampistas específicos y a veces, como contra el Barcelona, juega con tres: Gudelj, Agoumé, Mendy y Sow. El segundo de ellos ya está apercibido de sanción y si ve una amarilla contra el Mallorca será baja en San Sebastián en la siguiente jornada. ¿Podría entrar entonces en la convocatoria Jordán?
El medio catalán lleva a disposición del entrenador del Sevilla desde finales de septiembre, después de que tuviese que interrumpir su pretemporada para operarse de una hernia discal en julio. “He seguido el camino que me han ido marcando y me he operado cuando los servicios médicos del Sevilla me lo han recomendado”, dijo en un comunicado que publicó para acallar rumores el 17 de julio, tras la operación.
Anteriormente, una semana antes de la pretemporada, ya publicó un mensaje que hablaba de sus intenciones de hacer tabula rasa después de haber caído en desgracia ante el sevillismo, por el declive que inició con el derbi copero de 2022 y que se acentuó cuando de forma errónea Monchi lo cubrió con su capa protectora ampliándole aquel año el contrato hasta 2027. “Trabajo duro y mentalidad. Con todos, sevillistas. Ganas de empezar ya”, escribió junto a una foto suya en el gimnasio de la ciudad deportiva antes de que comenzase la pretemporada.
Pero esa predisposición empezó a verse frustrada por la necesidad del club de ir haciendo hueco a los fichajes y su política de pedir a los futbolistas con contratos antiguos altos que se rebajasen o prorrateasen sus contratos.
Joan Jordán es uno de los que más cobra en la actual plantilla. Y encima su agencia de representación le hizo un flaco favor cuando filtró a un par de periódicos que el catalán había seguido el mismo camino que Marcao de ampliar un año su contrato para prorratear su ficha. El club replicó negando tal extremo y filtrando que se negó a rebajarse su sueldo: el tiro les salió por la culata a sus agentes y lo pagó su representado.
Ahora es Almeyda quien debe valorar si la implicación del jugador en el día a día está al margen del espurio mercadeo. Si antepone su gestión de un Sevilla coral, si lo ve metido en la película, porque aun con un rol distinto a Agoumé y Mendy, las dos piedras angulares de la medular, Joan Jordán puede sumar. Como sumó cuando ayudó a ganar dos Europa Leagues...
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