Fin a otro ejercicio calamitoso

Lo inevitable se confirma. El Sevilla FC cerraba ayer un nuevo ejercicio contable que, a falta de que se auditen las cuentas con exactitud, arroja un nuevo balance negativo más que preocupante que se une a una caída libre que dura ya cinco años y que compromete seriamente la viabilidad de la sociedad, que se encuentra al borde de entrar en causa técnica de disolución. De hecho, la última auditoría ya avisaba de que el Sevilla estaría en vía legal de disolución de no ser por los créditos participativos –ya es sabido– y que el consejo no computó las pérdidas de los ejercicios afectados por la crisis económica derivada del Covid-19.

En una nueva calamitosa gestión, y tras no haber podido obtener los ingresos esperados por un traspaso de un jugador importante, las cuentas en negativo se van a elevar de nuevo en ua cantidad que puede ir entre los 55 y los 60 millones de euros en el ejercicio que concluye a 30 de junio de 2025, es decir, ayer. Todo dependerá de en qué ejercicio computarán partidas como, por ejemplo, los ingresos por la venta de abonos.

El Sevilla estimó en la Junta 34 millones de ingresos por traspasos que no se han producido

Esta nueva cifra pendiente de que se determine se sumará a los 81,7 millones de pérdidas del curso anterior, colocando el agujero de los últimos cinco años en torno a unos 220 ó 230 millones de pérdidas. Si 167 millones era el balance negativo hace justamente un año tras las pérdidas acumuladas (19,3 millones en la 22-23, 24,8 en la 21-22 y 41,4 en la 20-21), la situación se agrava mucho más. La deuda acumulada puede superar perfectamente los 360 millones, una situación insostenible desde el punto de vista financiero. Los fondos propios negativos ya eran de 68 millones en junio de 2024. Cuidado.

Y ya los auditores avisaban que mantener el nivel crediticio y los compromisos adquiridos con Golden Sachs (131,3 millones) y CVC (127) obligaban a tener ingresos por participación en competiciones europeas temporada tras temporada, algo que evidentemente no se va a producir por segundo año consecutivo.

El Sevilla pensaba obtener unos ingresos en traspasos de unos 34 millones (Lukébakio o Badé entraban en esas cuentas), –descritos en los presupuestos 24-25– pero lo cierto es que el ejercicio expiró y no hubo ventas. Ni siquiera Juanlu ha podido aliviar algo este nivel de déficit, pues hasta ahora no han convencido las ofertas presentadas por el Nápoles.

El resultado financiero antes de impuestos del ejercicio que se presentó en la Junta del 10-E fue de -26,280 millones. Si no han cuadrado las ventas, la cuenta es fácil: -60 millones. Y no está incluido el finiquito de García Pimienta, cuya cuantía final parece que se va a decidir finalmente en los tribunales o en el CMAC.

Las consecuencias de todo ello ya se saben. El límite salarial sigue bajando pese a haber tocado fondo y hay ya serias dificultades para inscribir a los jugadores en la Liga.

El Sevilla, como hace un año, cuando hubo otra serie de despidos anteriores a los 28 que se sucedieron en abril, ha querido reajustar números días antes del 30 de junio con otra impopular salida de empleados, algunos de ellos leyendas como Francisco López Alfaro, desvelada por este diario. A Carlos Romero, artífice de la investigación que hizo posible la oficialidad de la actual fecha de fundación en 1890, y a Manolo Salado, clave en taquillas en citas como las finales, también les enseñaron la puerta, como a otros miembros de la dirección deportiva, entre ellos el hijo del recordado Mariano Pulido. Por cierto, la capacidad para silenciar fuera de la volatividad de las redes la marcha de un Dorsal de Leyenda como el de Osuna (vía invitación a la prejubilación) ha sido digna de estudio. Que cada cual reflexione...