Francisco López Alfaro se va: prejubilación con la nueva reestructuración de plantilla

Decir Francisco puede resultar insustancial para las nuevas generaciones de sevillistas. A veces hay que completar el nombre futbolístico con sus apellidos para que el personal lo reconozca: Francisco López Alfaro. Pero para las antiguas generaciones del sevillismo más auténtico decir Francisco a secas, Fran entre sus compañeros, es rememorar a un futbolista inconmensurable que quiso ser jugador de un solo club y tuvo que hacer las maletas. Ahora se repite la historia. Mediante una prejubilación se va de la dirección deportiva Francisco, el mito. La clase y la elegancia personificadas. El penúltimo Dorsal de Leyenda.

Se trata de una marcha dolorosa y con una fuerte carga sentimental, bajo la capa de una prejubilación voluntaria pero forzada por las circunstancias a sus 62 años. Su lealtad al club lo invitó a revisar la propuesta inicial de prejubilación que le hicieron meses atrás y lo llevó a aceptarla en segunda instancia mediante un acuerdo más o menos cordial. Una situación que es producto del contexto de precariedad económica del club y de la reestructuración que está llevando a cabo el comité de dirección antes de que termine el ejercicio económico de 2025 este 30 de junio. No es el único prejubilado. También se prejubila, invitado a ello por el club, Carlos Romero, el hombre que montó el Área de Historia y fundador del museo.

Como pasó en 1990, cuando se tuvo que ir al Espanyol, Francisco se va por la puerta de atrás 35 años después. Entonces no llegó a un acuerdo de renovación con la directiva de Luis Cuervas, después de que Vicente Cantatore dejara de contar con él y de algún desencuentro que tuvo con los directivos como capitán de aquel Sevilla. Había estado en el primer equipo desde su debut en La Romareda en aquel Zaragoza-Sevilla en el que también se estrenó en el banquillo Manolo Cardo con un rotundo triunfo por 1-4 y cuatro goles de Pintinho. Fue el 13 de diciembre de 1981. Terminó siendo ídolo grande y subcampeón de Europa con la selección española que perdió la final en París frente a Francia en 1984.

Entonces estuvo 14 años defendiendo la camiseta del Sevilla desde que arribara a la cantera de la mano de Pepe Alfaro. Ahora se va después de 15 años como técnico en diferentes áreas y tres años después de que el 1 de junio de 2022 recibiera el XIII Dorsal de Leyenda en un acto precioso en el que se volcaron futbolistas de su generación que también son mitos y lo tenían como referencia. Fue el último acto de este reconocimiento en el antepalco, antes de que Jesús Navas, el futbolista que lo superó como el sevillista más internacional, lo recibiera sobre el césped en su homenaje de despedida en el estadio el pasado 30 de diciembre de 2024.

Tras pasar por varios puestos del organigrama técnico del club, al que volvió en 2010 para dirigir al Sevilla juvenil de División de Honor, hace un año, el 12 de junio de 2024, fue promocionado a la dirección deportiva de Víctor Orta.

"Francisco (Osuna, 1962), una de las leyendas del club, Dorsal de Leyenda de la entidad, es uno de los pocos futbolistas que ha superado los 300 partidos con el Sevilla FC. Lo hizo en 9 temporadas consecutivas, de 1981 a 1990. Pero además de su histórico paso como jugador sevillista, también internacional, luego ha sido entrenador y ha trabajado en la cantera nervionense en diferentes etapas. Aportará su visión y su experiencia futbolística a la dirección deportiva, y se convertirá de hecho en uno de los hombres de peso del departamento que dirige Víctor Orta", anunció hace poco más de un año el club cuando anunció su incorporación con Álvaro Jurado a la dirección deportiva. Un año después, poco queda de aquel cariño.

Tras la salida de Víctor Orta y la llegada de Antonio Cordón, se abrió esa puerta de invitación a una salida que Francisco no habría aceptado en circunstancias normales. Podría haber encontrado acomodo en algún otro departamento como símbolo de la cantera, en la que trabajó los 14 años anteriores. Pero el Sevilla actual está para pocos sentimentalismos. Impera el cruel pragmatismo económico -puede que ni pragmático ni económico stricto sensu-, aunque se lleve por delante a un figura de la excelsa altura de Francisco, cuya huella en el Sevilla permanecerá indeleble aunque ya no trabaje para el equipo de sus amores.