Con razón Matías Almeyda no sustituía a nadie en Mestalla...

Valencia-Sevilla | Informe técnico

La marcha de Peque y Oso, los únicos que desahogaban, y las pérdidas de Alexis, Jordán y Alfon descartan la victoria al final

Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Valencia

Gudelj y Castrín, ante Hugo Duro con Vlachodimos a la expectativa.
Gudelj y Castrín, ante Hugo Duro con Vlachodimos a la expectativa. / Kai Forsterling (Efe)

Había agotado Corberán sus cinco cambios y Matías Almeyda no había realizado ninguno. Y no es que el Sevilla estuviera cómodo sobre el prado de Mestalla, el Valencia inquietaba más por acumulación de piezas arriba que por claridad de ideas. El juego, aun atropellado, estaba volcándose demasiado sobre el área de Odysseas. Pero fue empezar el carrusel de cambios dictados por Matías Almeyda y aumentar la sensación de que peligraba ese tesoro que el Sevilla se encontró con el autogol de Tárrega. ¿Por qué? Porque los Joan Jordán, Alexis Sánchez y Alfon fueron máquinas de perder balones y de tomar malas decisiones con la pelota. Peque y Oso, los dos primeros sustituidos, eran quienes más desahogaban. Y Almeyda, paradójicamente, prescindió de ellos.

Defensa

La vuelta a la defensa de tres centrales le dio más consistencia al Sevilla hasta esa fase final en la que el Valencia acumuló piezas ofensivas arriba, a la desesperada, y con los cambios el Sevilla perdió toda opción de salida con la pelota para respirar con un contragolpe o una falta a favor. Fue desesperante la cadena de errores de Joan Jordán y Alexis Sánchez hasta que llegó ese empate final, e incluso Alfon se sumó a la fiesta con un pase atrás, con todo a favor, que propició un último ataque de los locales.

Gudelj y Castrín se manejaron con más entereza y seguridad en esa zaga de cinco, sin tantos espacios alrededor. El serbio tiene oficio para interpretar los ataques del de enfrente y se coloca bien, otra historia es salir a campo abierto a jugársela. Y esta vez no tuvo que hacerlo. Castrín, por su parte, se manejó bien abierto a la izquierda, cuando Oso ganó metros en busca del pasillo hasta el área de Agirrezabala.

Un punto de inquietud atrás llegó con los nervios de José Ángel en posiciones retrasadas, tomando malas decisiones y maltratando por momentos la pelota. Azpilicueta, con su marcaje al hombre a Danjuma, salía a veces de la derecha y dejaba al visueño solo ante el peligro.

Ataque

Es desesperante comprobar las limitaciones ofensivas del actual Sevilla, y más con las bajas. Akor Adams tiene demasiadas dificultades para dar continuidad a los intentos desde atrás porque apenas gana balones largos por su casi nula capacidad para aprovechar su corpulencia ante los centrales, y también cae en fueras de juego a menudo evitables.

Las alternativas para llegar hasta zona de remate eran alguna aparición de Peque, como en su sorprendente cabezazo picado del principio, o ya en la segunda parte alguna incursión por fuera, sobre todo por la izquierda, donde Oso actuó unos metros más arriba. El canterano fue quien atacó con más sentido y con su salida del campo quedó un Sevilla definitivamente obtuso.

Virtudes

El cambio a defensa de cinco dio algo más de consistencia atrás.

Talón de Aquiles

Cuando llegó el turno de sustituciones quedó claro por qué tardaba tanto Matías Almeyda...

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