La expedición sevillista regresó en el día de ayer de tierras británicas con mucha rabia contenida y sin dar crédito a lo ocurrido en la noche del martes en el King Power Stadium. Las caras largas eran la tónica general y la resignación por la oportunidad histórica perdida estaban presentes tanto en el cuerpo técnico como en los profesionales.

Alguna lágrima rodó en el autobús de vuelta del estadio al hotel tras el partido, siendo las más llamativas las que derramó el director general deportivo. Monchi se quedó en suelo inglés, ya que viajó ayer a Londres, donde, según la prensa italiana, tenía una reunión decisiva con la Roma, el club que más está apostando por su fichaje. El Corriere della Sera incluso dio detalles como que emisarios romanos recogieron al de San Fernando para trasladarlo a Londres. La versión del protagonista es que, en compañía de su mujer, la visita a Londres obedece a cuestiones familiares, ya que su hijo estudia actualmente en la capital inglesa.

Mientras, la plantilla aterrizaba a primera hora de la tarde de ayer en Sevilla con el amargor metido en el cuerpo, aunque ya con la mentalidad intacta para empezar a trabajar desde hoy mismo de cara al partido ante el Atlético de Madrid. La idea de competir a partir de ahora en un solo torneo es un acicate para centrar todos los esfuerzos en la Liga, donde el Sevilla es tercero y debe pelear por mantener esa plaza en una temporada que puede resultar histórica por unos registros de puntos jamás alcanzados. Los de Sampaoli tienen actualmente 57.