Sevilla-Atlético de Madrid

Pudo ser mejor... y muchísimo peor (1-1)

Los futbolistas del Sevilla felicitan a Franco Vázquez tras el 1-0.

Los futbolistas del Sevilla felicitan a Franco Vázquez tras el 1-0. / Antonio Pizarro

Partidazo en el Ramón Sánchez-Pizjuán y un punto más para el Sevilla, que estuvo más cerca de salir de vacío que de adicionar todo el botín a su casillero. Pese a que la palabra que abre este relato encierre un juicio de valor, son los datos más o menos objetivos de lo que aconteció en esta cita en las alturas entre nervionenses y el Atlético de Madrid y la sensación de que esta vez la escuadra blanca ha reducido las distancias con su adversario respecto a los ejercicios anteriores. Porque aunque el equipo de Simeone tuvo una opción clara en el arreón final, ambos pudieron ganar perfectamente de haber estado acertados en los remates.

Diego Costa erró el suyo en un lanzamiento de penalti, por cierto en una falta más que dudosa que el VAR demostró que se había producido dentro del área, y es evidente que no hay una oportunidad más clara en el fútbol que un disparo desde los 11 metros. Pero tampoco se puede obviar el cabezazo que tuvo De Jong en un saque de esquina que le puso Banega para dejarlo casi en el área pequeña frente a frente con Oblak y con toda la portería para él. Si el nueve cabeceador falla un balón así...

Lopetegui cambió su sistema para situar a Gudelj entre los dos centrales tanto en la salida como en la fase defensiva, además de acercar a Ocampos al ‘9’

Pero son acciones puntuales dentro de un litigio que tuvo muchísimo del juego de ajedrez en lo referente a la estrategia ordenada por ambos entrenadores y eso es lo que más riqueza le dio al mismo. Julen Lopetegui sorprendió a Diego Pablo Simeone con su planteamiento inicial, pues por primera vez se desprendió de la línea de cuatro zagueros atrás y pasó de su 1-4-3-3 a un dibujo que se podría catalogar como 1-3-4-1-2 en el que Gudelj era un central más y Óliver Torres estaba en muchas ocasiones por detrás de la pareja de delanteros integrada por De Jong y por Ocampos, mientras que Franco Vázquez apoyaba mucho más a Banega para cerrar también a la hora de darle una salida correcta al balón.

Una acción a balón parado le dio rédito a los sevillistas con el cabezazo en solitario de Franco Vázquez en el punto de penalti

En la apertura ajedrecística cobró ventaja el Sevilla, hasta el punto de que después de una primera mitad bastante igualada se fue por delante en el marcador gracias a una acción de estrategia convertida por Franco Vázquez en el saque de una falta muy bien trabajada por los anfitriones. Cierto que también contaron con la ayuda del siempre infalible Oblak, pero el esloveno es humano y tampoco está exento de cometer un error, aunque la elaboración fue muy meritoria.

Había sido un primer acto tremendamente competido, con los dos equipos tratando de ganar un pulso que mantenía los puños de ambos en lo más alto del todo. Pero es cierto que apenas se contabilizaron opciones claras de gol y que por ello el testarazo del Mudo le bastaba y le sobraba al Sevilla para ilusionarse con un triunfo.

Simeone reaccionó y volcó el juego, los suyos hicieron daño por el costado de Reguilón y remataron por el de Jesús Navas

Sin embargo, restaba por conocer la respuesta de Simeone a semejante planteamiento. Y no pudo ser más brillante lo ideado por el argentino tras el descanso. Metió a Diego Costa junto a Morata para preocupar a los centrales sevillistas y cambió por completo la banda derecha para hacerle daño al eslabón más débil de la cadena defensiva de este Sevilla, a Reguilón, por supuesto que sí.

El Atlético comenzó a acumular acercamientos peligrosos, incluso le anularon un gol a través del VAR a Diego Costa en una jugada que parte de un taconazo defectuoso de Reguilón con una pérdida innecesaria casi en el área de los rojiblancos. Ahí estuvo lento Lopetegui, que no fue capaz de mover las piezas necesarias para contrarrestar el cambio ordenado por Simeone, algo que posteriormente se comprobaría que sí pudo hacer cuando estuvo brillante con su movimiento de respuesta, pero ya con el 1-1 de Morata en una jugada casi calcada.

Koundé hizo de lateral derecho, Jesús Navas se fue al extremo de esa banda, Ocampos castigaba por la izquierda, Joan Jordán apoyaba a Banega y el Sevilla se comió de nuevo al Atlético de Madrid, incluso mucho más que en el arranque del juego. En esa fase sí pudo decantarse la balanza hacia los blanquirrojos, pues su dominio fue apabullante y la tropa de Simeone sencillamente se veía desbordada por el empuje habitual que ejercen los de Lopetegui en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

En la partida de ajedrez, el técnico local replicó con brillantez con Koundé y Jesús Navas por la derecha

Fue el periodo de tiempo en el que se produjo el cabezazo de De Jong, en el que era mucho más fácil meterlo que dirigirlo hacia el costado. También tuvo otro anterior Joan Jordán, igualmente con muchas posibilidades de convertirlo en gol, aunque con más dificultades que el del holandés.

Fue la briosa reacción del Sevilla a un penalti que le había detenido Vaclik a Diego Costa en un verdadero paradón y que evitó que todo se decantara hacia el Atlético. Pero en esos instantes el cuerpo de Banega dijo basta en una acción de contragolpe, Lopetegui volvió a la línea de tres centrales y, sin ser tan evidente la superioridad del equipo de Simeone, sí es cierto que tuvo dos opciones clarísimas para desequilibrar en la prolongación con la actuación providencia de Koundé en ambas para salvar a los suyos.

Es un relato bastante lineal de los hechos, pero hay días que exige que sea así, más allá de las interpretaciones. El juego, en esta ocasión, se analiza solo con las decisiones de los entrenadores en ese tablero de ajedrez y por mucho que al final quede una mescolanza de sensaciones respecto a lo que pudo ser y no fue, lo cierto es que el Sevilla sumó un punto ante un rival que lo ha vestido de limpio en los últimos cursos y que, además, a nadie le hubiera extrañado que se quedase incluso con los tres. Ése, sin duda, es el camino para subir los peldaños de la escalera y el grupo confeccionado por Monchi y entrenado por Lopetegui y su cuerpo técnico demostró que está capacitado para ello.

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