El Sevilla convierte la grada en una tumba en lugar de una hoguera
Sevilla-Barcelona | Informe técnico
La nula creatividad ante un Barça más replegado y los deprimentes cambios marcan las limitaciones del equipo
Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Barcelona

El sevillista que se ilusionaba con sorprender al Barcelona y mirar definitivamente a los puestos europeos con cierta esperanza, que los hay, quizás se terminaron de convencer de lo contrario cuando Fermín fue expulsado y el lánguido equipo de Xavi García Pimienta sintió la presión que no tenía cuando saltó al campo a intentar hacer algo ante un rival tan, tan superior.
Defensa
Inexplicable que Raphinha recibiera el esférico, en un córner en corto, con tanto espacio y tiempo para pensar y colgarla al segundo palo, donde Íñigo superó por alto a Saúl para prolongarla y que Lewandowski ejerciera ante Juanlu de lo que es, un killer.
Que el Sevilla empatara justo tras el saque de centro serenó al grupo, que se fuen asentando en su propuesta: Gudelj y Sow muy atentos a las incorporaciones de Gavi por dentro y, con Saúl unos metros por delante, tratando de obturar el juego de Pedri y Frenkie de Jong, quienes optaron más por desembocarlo hacia las bandas, donde el trabajo de Vargas y Lukébakio resultó fundamental para que los laterales, Pedrosa y Juanlu, no se encontraran en situaciones de uno contra uno o incluso de uno contra dos. Esta vez Juanlu y Pedrosa entraron con pierna dura, sin remilgos. Lamine Yamal siempre tuvo a dos de blanco encima y aunque eso supuso que algún azulgrana estaba libre, en la primera parte sólo lo pudo aprovechar Koundé en una dejada mágica de Lamine con el tacón, pero el francés chutó alto.
Flick metió a Fermín, aún más llegador que Gavi, y al minuto de la reanudación la zaga blanca saltó hecha añicos. Nueve minutos después, gol de genialidad de Raphinha y debate cerrado.
Ataque
Las incorporaciones desde atrás para salvar la línea adelantadísima que ordena Flick le dieron al Sevilla el gol del empate a uno (gran pase de Lukébakio a Saúl, quien rompe) y una ocasión clara que Pedrosa sirvió a Isaac, quien se enredó en su remate y no conectó la pelota. Sow se desmarcó desde atrás en otra, y también Vargas. Lo tenía bien estudiado el Sevilla.
Otra historia fue cuando el Barça se quedó con diez. Todo el plan se redujo a buscar a Lukébakio, que entró en modo “pierdo todos los balones”, y los revulsivos desde el banquillo fueron jarros de agua fría a la afición: Suso, que estaba con un pie fuera en el mercado; Ejuke, fuera de forma tras la lesión y mucho peor hoy que Vargas; Agoumé, que se define solo; Manu Bueno, un medio del filial; y Marcao, que pidió su amarilla nada más salir. Como para que las gradas no se convirtieran en un cementerio... con muchos minutos aún por delante y un rival con un jugador menos. Ahí cantó la gallina. Ahí afloraron las limitaciones pasmosas de este Sevilla.
Virtudes
Plan resultón en la primera parte.
Talón de Aquiles
Alarmante falta de creatividad y de banquillo con uno más.
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