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Los mayores en la crisis del coronavirus

Hacia un nuevo modelo urbano: residencias, viviendas y ciudades donde envejecer con salud

  • Las expertas Elisa Pozo y Ester Higueras explican cómo debemos cambiar en nuestro entorno y qué pautas pueden ayudar a crear espacios más saludables a partir de la crisis del coronavirus

Dos ancianos descansan en un banco

Dos ancianos descansan en un banco

El avance de la pandemia de COVID-19 ha hecho evidente la necesidad de transformar las ciudades en lugares más saludables. Distintos países están poniendo en marcha medidas destinadas a promocionar la bicicleta y los desplazamientos a pie como medios de transporte seguros y saludables.

La investigadora sobre Salud Urbana Elisa Pozo y la profesora de Urbanística Ester Higueras explican que existen estudios que relacionan la contaminación del aire con un mayor riesgo de contagios y parece que también está vinculada con la obesidad y la diabetes.

Un factor a tener en cuenta es la vulnerabilidad de las personas mayores a la COVID-19. Desde el paradigma del envejecimiento activo y saludable, ya se había puesto en evidencia que vivir más años no es sinónimo de vivir con una buena calidad de vida.

Desde el punto de vista del diseño urbano, el Ministerio de Salud, Consumo y Bienestar Social ha publicado recientemente una guía con tres líneas de acción estratégicas que pueden mejorar los entornos urbanos y su impacto positivo en la salud: ciudades para pasear, inclusión de la naturaleza y espacios verdes y espacios de convivencia.

En el contexto actual también se está haciendo evidente la necesidad de transformar el modelo residencial para ofrecer diferentes alternativas al grupo heterogéneo que conforman las personas mayores.

En primer lugar, es necesario mencionar que una gran mayoría de personas mayores desean permanecer en su vivienda o en su barrio. Este dato es clave para poder establecer un marco propositivo para el modelo residencial.

En segundo lugar, hay que tener en cuenta la necesidad de establecer unas recomendaciones a nivel de planificación urbana que regulen la localización, accesibilidad y diseño de las residencias y equipamientos públicos para mayores como los centros de día. Su diseño ha de ser evaluado desde un punto de vista multidisciplinar.

Las expertas en la materia Ester Higueras y Elisa Pozo dan algunas pautas para empezar con el cambio:

  • La accesibilidad y proximidad de los espacios verdes.
  • La protección de la radiación de las zonas estanciales durante los meses de verano.
  • El acceso a comercios y mercados de proximidad con productos frescos y saludables.
  • Los cruces de peatones seguros y accesibles para todas las personas.
  • La existencia de plazas y jardines que permitan sentarse y encontrarse con otras personas.

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