Causa criminal

Caso Juana Canal: la estrategia de su homicida para salir de prisión

Llegada de Jesús Pradales a los Juzgados

Llegada de Jesús Pradales a los Juzgados / Raúl Sanchidrián (EFE)

Hace 19 años que Jesús Pradales, quien entonces era pareja de Juana Canal, acabó con su vida, la descuartizó y la enterró en un terreno de Ávila hasta que unos senderistas encontraron sus restos, a punto de que prescribiera el delito.

El acusado de haber acabado con la vida de Juana Canal permanenece en prisión desde entonces y aunque ha tratado de quedar en libertad en varias ocasiones hasta el juicio, siempre se le ha denegado dicha petición.

Hasta ahora la estrategia de Jesús Pradales, que en un primer momento no reconoció los hechos y le aseguró a su actual pareja que él no tenía nada que ver con la muerte de Canal, se ha apoyado en decir que todo fue un accidente.

Así, en su declaración ante la magistrada que dirige el caso aseguró que ambos habían discutido, que de hecho Juana lo había agredido a él previamente, y que ella cayó al suelo después de que él la golpeara, sin intención de matarla.

La descuartizó, según narró, porque quería "deshacerse" del cuerpo. “No podía con ella” (Juani medía 1,70 metros y, según reconoció en sede judicial el propio Pradales, no pesaría más de 60 kilos), "yo intenté llevármela poniendo su brazo por encima de mi cuello, para llevarla como si estuviera borracha, pero era imposible, pesaba mucho, las piernas arrastrando... no podía". 

El último intento de quedar en libertad ha tenido lugar en las últimas semanas y hoy, 24 de mayo, se ha conocido que una vez más, Pradales deberá permanecer entre rejas hasta la celebración del juicio.

La Sección 23 de Audiencia Provincial de Madrid, en un auto al que ha accedido Caso Abierto, portal de sucesos e investigación del grupo Prensa Ibérica, ha desestimado el recurso presentado por Jesús Pradales, y rechazado la solicitud de libertad provisional del investigado. Los magistrados advierten de que este, además, podría enfrentarse a una pena superior a 12 años.

La estrategia de Pradales

Desde que fue detenido y confesó ser el autor de la muerte y ocultamiento de Juana Canal, Jesús Pradales ha manifestado haber colaborado, en todo momento, con los investigadores. Ha asegurado que aunque mató a “Juani” (así era como él la llamaba), en realidad no quería hacerlo y que el descuartizamiento y ocultamiento del cadáver se debieron al miedo que le entró.

Por ese motivo ha tratado de hacer ver que no es una persona que piense fugarse, además de haber llegado a defender que la prisión provisional es un recurso que atenta contra sus derechos.

La justificación que en esta ocasión ha dado ha sido que sus hijos, tres de los cuales son menores de edad, están en situación de precariedad ya que necesitan de su salario para poder vivir.

En el escrito presentado para solicitar la libertad, el asesino indicaba que, desde que está en prisión, tiene parado el negocio: una caravana de hamburguesas y patatas fritas (Burguer Jesús) y una atracción de feria. Su mujer no puede atenderlos y estos no solo no genera ingresos, sino que mantenerlos le cuesta dinero. Se apoya en su familia para eludir el posible riesgo de fuga y en sus padres, ya mayores, para demostrar su arraigo.

Los magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid, sin embargo, han rechazado sus argumentos: "debemos tener por cierto que desde el fallecimiento de la víctima, hasta que esta fue hallada" (19 años), Pradales "no ha realizado ninguna acción destinada a fin distinto del de su propio encubrimiento, tratando de evitar que fuera descubierta su participación en los hechos”, recogía el escrito.

Dado que, por el momento, lo único que puede quedar probado es que se ha cometido un delito de homicidio, y es una situación grave, existe riesgo de fuga.

Juana tenía 38 años y dos hijos de su anterior matrimonio. Tras un tiempo parada, había encontrado trabajo y se acababa de instalar en el madrileño distrito de Ciudad Lineal. Conoció a Jesús Pradales e inició una relación que duró un año. 

La madruga del 23 de febrero Jesús Pradales acabó con ella. La localización de sus huesos, hallados en 2019 por unos senderistas, no fue comunicada a su familia hasta el 28 de junio de 2022, poco antes de que el caso prescribiera y su homicida quedara impune.

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