Causa criminal

Caso de Fuenlabrada: la mujer que mató a su marido y se suicidó no lo envenenó

Imagen de un fármaco

Imagen de un fármaco

El 2 de enero la hija de un matrimonio de Fuenlabrada se acercaba a casa de sus padres tras no poder contactar con ellos. Cuando abrió la puerta del domicilio se encontró con el cuerpo sin vida de ambos y con una nota de suicidio en la que la madre confesaba que se había quitado la vida tras haber matado a su marido.

Lo que en un primer momento apuntaba a un posible caso de asesinato luego dio un giro hacia lo que podría ser un suicidio ampliado, que es un suicidio en el que la persona que decide quitarse voluntariamente la vida también acaba con la vida de alguien cercano para evitarle el sufrimiento tras su suicidio.

En estos casos la persona que se quita la vida no tiene intención de provocar dolor en aquel al que mata sino todo lo contrario, y su suicidio no es consecuencia del asesinato sino que ambas muertes se dan de forma casi simultánea. Entre la pareja no existía ningún tipo de denuncia cruzada.

Cuando los investigadores llegaron a la vivienda en la que habían tenido lugar los hechos comprobaron que junto al cadáver del padre había un vaso de agua con sustancias disueltas en él y un bote de amoniaco y otro de lejía junto al vaso. Las primeras hipótesis les hicieron pensar que la mujer lo habría medicado y envenenado hasta acabar con su vida. 

La autopsia preliminar

Sin embargo, las conclusiones del informe preliminar de la autopsia realizada al cadáver del fallecido descartan la presencia de abrasiones en el esófago y otros órganos del tracto digestivo. Estas partes del cuerpo se habrían visto dañadas en caso de haber ingerido lejía, amoniaco u otro producto tóxico de limpieza, como pensó inicialmente el Grupo V de Homicidios de la Policía Judicial de Madrid, que es quien se encarga de la investigación.

Tendrán que esperar a que salga el resultado de los análisis toxicológicos del cuerpo de la víctima para conocer si su mujer le suministró, en contra de su voluntad, algún medicamento que le provocó la muerte. Esto podrá saberse, entre otras cosas, cuando comprueben si hay algún fármaco presente en su cuerpo y, sobre todo, en qué cantidad.

La presunta homicida padecía de una enfermedad de tipo mental cuyo nombre no ha trascendido pero que no le impedía hacer vida normal. Estaba medicada y controlada por profesionales y su comportamiento no llamaba la atención. De hecho, en muchas ocasiones cuidaba de su nieto como cualquier otra abuela y entre el matrimonio nunca hubo ningún síntoma de que tuvieran una mala convivencia.

La policía sigue investigando los hechos pero en caso de confirmarse que la mujer acabó con la vida de su marido no existiría responsabilidad penal sobre nadie ya que ella se suicidó después.

 

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