La SEMPSPH, Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, ha elaborado un documento en español que trata sobre la prioridad, ante las dosis limitadas, de determinados grupos de la población para acceder a las vacunas contra la COVID-19. 

Bajo el nombre de “Priorización de Vacunación frente a SARS-CoV-2 en Adultos con Condiciones de Riesgo”, esta investigación viene a dar luz a las autoridades encargadas sobre el orden preferente de vacunación. Los criterios establecidos han sido la probabilidad de sufrir complicaciones o fallecimiento en personas con factores crónicos de riesgo.

Se ha categorizado este riesgo derivado de contraer el coronavirus en más de 300 posibilidades clínicas.

Minimizar el riesgo del coronavirus

El proyecto busca la prioridad como la clave para conseguir reducir a los mínimos el riesgo del coronavirus, y servir de apoyo a las distintas fases de la campaña de vacunación del Ministerio de Sanidad.

Se ha empleado para dicho esquema la metodología de “Síntesis Rápida de la Evidencia” o “Living Systematic Review“. Con fuente en más de 150 artículos de las principales revistas científicas, se ha evaluado en base a cantidades numéricas cuánto más riesgo de enfermedad grave o fallecimiento padecería una persona con enfermedad crónica con coronavirus. Los resultados se clasifican según el riesgo final por condición física en alto, moderado o bajo.

El consenso, que puede descargarse en la página web de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Púbilca e Higiene, incluye para dar valor a las exposiciones un sistema de evaluación de la calidad de la evidencia denominado GRADE. Esta evaluación determina la "fuerza de la recomendación" para cada caso en concreto.

Con todo, para la SEMPSPH, las personas con condiciones de riesgo deben ser vacunadas en primer lugar, al ser las más perjudicadas en caso de contagio por COVID-19. 

Grupos prioritarios para la vacunación

En riesgo alto, se encuentran las personas de 60 años o más, las personas con enfermedades cardiovasculares o antecedentes de las mismas, con diabetes mal controlada, con obesidad de grado III, con insuficiente crónica terminal, con síndrome de DOWN o con esquizofrenia, entre otras.

Entre los grupos con riesgo moderado podemos observar a los fumadores activos o con antecedentes de tabaquismo, con demencia en estadios avanzados, con diabetes controlada, con obesidad grado II o con anemia de células falciformes.

Al riesgo bajo pertenecen personas con VIH, asplenia, HTA, asma grave con necesidad de corticoides orales en el último año y con sobrepeso y obesidad en grado I.

Dentro de cada uno de los grupos encontramos diferentes escalas distribuidas entre la magnitud de asociación del riesgo, la confianza en la asociación y la fuerza de la recomendación.