Cómo mantener las buganvillas preciosas después del verano
Durante el verano, la buganvilla requiere de mucha luz solar, un amplio espacio para extenderse y ser regada una vez a la semana
Se trata de una planta de origen tropical, por lo que será necesario protegerla de las bajadas bruscas de temperatura
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El verano está lleno de color. Desde el azul del mar hasta el anaranjado atardecer que abre el camino de la luna plateada; pasando por el rosa intenso de las buganvillas (bougainvillea) entre los balcones al sol. Toda una imagen de postal que remite a días más largos y, por supuesto, al sabor a sal y el calor de la época estival.
Sin embargo, la llegada del otoño no tiene por qué suponer que esos colores se desvanezcan. Por lo menos, no en lo referente a esta planta trepadora originaria de los bosques tropicales de América del sur.
La buganvilla, una explosión de color
Evidentemente, lo que más llama la atención de la buganvilla, también conocida como Trinitaria, es su color: el ya mencionado rosa intenso, rojo, naranja e incluso blanco. Ahora bien, lejos de lo que suele pensarse, estas tonalidades no se corresponden con sus flores que, en realidad, son bastante discretas, pequeñas y blancas.
Lo que inunda nuestros ojos al contemplar esta majestuosa planta son las brácteas coloreadas de malva y blanco. Es decir, las hojas que se producen en las proximidades florales. Sin duda alguna, una verdadera belleza que invita a la pregunta inevitable: ¿cómo cuidar la buganvilla después del verano?
Cuidados de la buganvilla después del verano
Lo primero que hay que matizar es que, durante la temporada estival, la buganvilla no requiere de muchos cuidados, sino todo lo contrario. Lo único que necesita es disponer de mucha luz solar, un espacio amplio para extenderse y ser regada sólo una vez a la semana. Además, es recomendable que el riego tenga lugar directamente en la tierra, para hidratar las raíces y no estropear las hojas y flores al mojarlas.
En cambio, con la llegada del otoño, primero, y del invierno después, se acerca uno de los peores enemigos de la buganvilla: las heladas. Sin embargo, pese a lo claro que está que es una planta que adora el calor, eso no significa que no puede verse preciosa en temporadas más frías si sabemos cómo protegerla.
Evitar los cambios bruscos de temperatura
Para que la buganvilla luzca hermosa y colorida a lo largo del año, es fundamental conocer las necesidades que presenta y ver si el lugar en el que la hemos sembrado las satisface los suficiente. Por ello, como es una planta tropical, sorteará bien los “desafíos” del invierno en un clima templado. Ahora bien, si vivimos en un espacio donde el frío sea más intenso e incluso llegue a situarse por debajo de los 3ºC, entonces sí que deberemos tomar nota de algunas cuestiones importantes para preservar su bienestar.
En este caso, lo más aconsejable es plantar la buganvilla en macetas. De esta forma, podremos ponerla a cubierto para protegerla de las bajadas bruscas de temperatura y las heladas. Si, por el contrario, ya la hemos sembrado en el suelo, la opción que nos queda es cubrirla con una manta térmica de jardinería. Asimismo, hay que recordar que las raíces de esta planta son muy delicadas, por lo que no es recomendable transplantarla.
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