El peligro de asumir un tipo de apego inseguro en una relación, según una psicóloga: "Las etiquetas explican cómo nos sentimos, no cómo somos"

La popular creadora de contenido Claudia Sánchez sugiere que identificar ciertos patrones de conducta dentro de la relación es una oportunidad para poder cambiarlos

El riesgo de retroalimentar los comportamientos tóxicos en pareja.
El riesgo de retroalimentar los comportamientos tóxicos en pareja. / @clau.sanchezzz

El tipo de apego es la manera que tenemos los humanos de relacionarnos con nuestra pareja. Se trata de conductas determinadas en gran parte por los vínculos entre padres e hijos durante la infancia y que inconscientemente trasladamos a nuestras relaciones en la vida adulta. Según la teoría del apego de la psicóloga Mary Ainsworth y el psiquiatra John Bowlby, existen cuatro tipos de apego: seguro, desorganizado, ansioso y evitativo, pero ¿cuál es la verdadera importancia de esta clasificación?

La psicóloga Claudia Sánchez reflexiona en una de sus últimas en Instagram (@clau.sanchezzz, con más de 275.000 seguidores) acerca del peligro de asumir los tipos de apego como si fuera un rasgo de la personalidad. Para ello, ha puesto como ejemplo su propia relación de pareja: "Hemos retroalimentado tanto nuestras etiquetas que al final nos hemos creído que uno es apego ansioso y otro apego evitativo".

Las personas con apego evitativo son aquellas que tienen dificultades para conectar física o emocionalmente con los demás y han adoptado un notable recelo sobre su intimidad. Paradójicamente, tienden a entablar relaciones amorosas con personas con apego ansioso, a quienes les caracteriza el miedo al rechazo y al abandono. Sin embargo, estas etiquetas solo definen los comportamientos que puede adoptar una persona y no a la persona en sí misma, según esta experta.

"Solo son etiquetas que nos ayudan a identificar patrones"

"Las etiquetas sobre el apego nos sirven para comprender los tipos de pensamientos, conductas o maneras de reaccionar que tenemos por nuestras heridas emocionales", asegura la psicóloga. En este sentido, los cuidadores estrictos o ausentes suelen propiciar el desarrollo del apego evitativo, mientras es probable que las personas con apego ansioso hayan sufrido la indiferencia o la invalidación emocional por parte de sus progenitores.

"Nuestra herida emocional explica cómo nos sentimos y cómo nos comportamos, pero si tú te quedas con que 'eres' apego evitativo, vas a seguir evitando", añade Sánchez. Las personas con este tipo de apego se caracterizan por demandar mucho espacio en sus relaciones y el miedo al compromiso, sin embargo, comprender el origen de estas conductas nos puede ayudar a cambiar. "Donde antes huías, puedes aprender a quedarte. Donde antes rechazabas, aprender a escuchar. Donde antes tenía miedo a la emocionalidad, a la conexión, a la vulnerabilidad; permitírtela", resume la experta.

De la misma manera ocurre con el apego ansioso. Estas personas tienden a tener una gran dependencia emocional en sus relacionar y a exigir la ayuda del otro para tomar decisiones o cumplir con ciertas tareas. "Aprende a estar solo, a no abandonar antes de que te abandonen para protegerte, a escucharte, a no reaccionar desde la impulsividad, sino desde la calma, a irme yo, a poner límites".

"No somos ni nuestras heridas ni nuestros apegos, solo son etiquetas que nos ayudan a identificar nuestros patrones", concluye la pareja.

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