Explotar de diversión
CRÍTICA VIDEOJUEGOS
Splosion Man | Twisted Pixel | +12 | 800MP | Xbox360
Splosion Man no es un héroe, aunque su nombre lo sugiera. Splosion Man no es un aventurero, aunque evada peligros y se encare a villanos como tal. Splosion Man es, simple y llanamente, un individuo de lava, una fuerza o accidente de la naturaleza cuyas funciones locomotrices se basan en la explosión. Raro, en efecto, pero extraordinariamente efectivo y carismático.
La compañía Twisted Pixel ya había demostrado en The Maw ser capaz de diseñar personajes atípicos con un gancho especial, en aquel caso una criatura que era toda mandíbula y digestión, a la que utilizábamos para abrirnos camino a mordiscos en nuestra aventura. Aquí, criatura extraordinaria y protagonista se unifican para dar lugar a una de las experiencias jugables más divertidas de los últimos tiempos, que confirmando la frase de Gaudí, demuestra que para ser original no hay nada mejor que volver al origen: un formato de juego radicalmente clásico (el arcade propio de títulos como Sonic, Prince of Persia o Super Mario, convenientemente remozado en una suntuosa estética de 3D), extiende una red de posibilidades tan rica como precisa, en unas mecánicas de juego desarrolladas para invitar a un ejercicio constante de prueba y error capaz, merced a la simpatía de nuestro protagonista, de mantenernos ocupados durante horas.
No adquirible en tiendas, sino a través de Microsoft Points en la plataforma XboxLive, este título es una de las mejores manifestaciones de la competente calidad que puede encontrarse en los juegos para descarga, una fórmula capaz de ofrecernos ejemplos gloriosos como Dishwasher, Assault Heroes o el majestuoso y meditado acercamiento que hace unos meses tuvo lugar al universo de Watchmen. En este caso, además, el empleo de recursos de realización característicos de los últimos productos de Pixar (zooms incluidos) ofrece al juego de la llama viviente una riqueza estética de primer orden, capaz de arrebatar a títulos más establecidos el favor de quienes se aventuren a transitar sus recónditos pasillos de ambiente tecnocientífico
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