María Angustias Salmerón, pediatra: "Recuperar el ordenador de sobremesa es una opción para el control de los menores"

La pediatra especializada en salud digital defiende la urgente necesidad de desconexión tecnológica, tanto para menores como para adultos, y aboga por herramientas que sirvan realmente al ser humano

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Las pediatra especializada en salud digital
Las pediatra especializada en salud digital / La Caixa

Con más de una década trabajando con adolescentes y analizando cómo la tecnología modifica sus comportamientos, María Angustias Salmerón se ha convertido en una de las voces más relevantes sobre salud digital infantil en España. La pediatra, que recientemente participó en un debate sobre bienestar digital y menores en el Palau Macaya de la Fundación "la Caixa", advierte sobre la necesidad imperativa de replantear nuestra relación con la tecnología y fomentar una desconexión consciente.

En una entrevista exclusiva, Salmerón señala que la pandemia marcó un claro punto de inflexión en la salud mental juvenil. "La pandemia puso en jaque muchos sistemas, también los de protección infantil", explica la especialista, quien observa un aumento general de la crispación social que inevitablemente afecta a los más jóvenes. "Los niños son esponjas: absorben lo que ven en su entorno cercano y en la calle", destaca la pediatra, vinculando esta situación con un ecosistema digital cada vez más complejo.

La experta identifica signos preocupantes en los adolescentes que hacen un mal uso de la tecnología: desde problemas físicos como aumentos rápidos de miopía y estrabismo, hasta graves alteraciones del sueño provocadas principalmente por llevar el móvil a la cama. "Nos estamos encontrando con niños que consumen pornografía a edades muy tempranas y tienen comportamientos que no son propios de su edad, adolescentes con conductas muy violentas y distintas adicciones", alerta Salmerón.

La portabilidad como factor diferencial frente a pantallas anteriores

Aunque los primeros estudios sobre el efecto de las pantallas datan de los años 50, la pediatra destaca que la principal diferencia actual radica en la portabilidad. "Antes, tú no podías llevar una pantalla de cine en el bolsillo, pero ahora tenemos dispositivos con los que ver películas y hacer muchas cosas más en cualquier lugar", explica. Por eso, Salmerón recomienda recuperar el ordenador de sobremesa como alternativa más controlable para los menores, ya que reduce la probabilidad de uso sin supervisión parental.

Respecto al uso educativo de las pantallas, la especialista es contundente: "El estímulo real —el del mundo físico— es mucho más rico que el digital". Según argumenta, mientras que una pantalla ofrece gratificación inmediata con mínimo esfuerzo, el juego con materiales reales desarrolla múltiples habilidades simultáneamente al experimentar con texturas, temperaturas y colores, además de fomentar la interacción social.

¿A qué edad dar un móvil? El dilema de las familias

La Asociación Española de Pediatría sostiene que no existe un tiempo seguro de exposición a pantallas para niños pequeños. "La recomendación es que cuanto más tarde mejor", afirma Salmerón, quien sugiere a los padres que reflexionen sobre la verdadera necesidad de proporcionar un smartphone a sus hijos y consideren alternativas menos invasivas.

Muchos progenitores justifican esta decisión para evitar el aislamiento social de sus hijos, pero la pediatra cuestiona este argumento: "Se suele decir que los adolescentes se relacionan a través de las redes sociales. Yo creo que con quien nos relacionamos es con las plataformas, no con las personas". Salmerón compara el funcionamiento de estas plataformas con "un sistema parecido al de las máquinas tragaperras", diseñado para maximizar el tiempo de conexión.

La experta observa que, paradójicamente, aunque los jóvenes creen tener muchos amigos en redes sociales, en realidad experimentan mayor dificultad para establecer relaciones profundas. "Lo vemos por la calle: quedan en persona, pero lo único que hacen es mirar el móvil, a menudo ni siquiera están hablando entre ellos", lamenta.

La desconexión digital consciente como propuesta de solución

Salmerón enfatiza que el problema no afecta exclusivamente a adolescentes, sino a toda la sociedad, y propone la desconexión digital consciente como solución. Este concepto, reconocido en la literatura científica, implica tomar conciencia del propio consumo digital y reclamar el tiempo que dedicamos a los dispositivos. "Creo que la vida es lo suficientemente corta como para que nos preguntemos qué queremos hacer con nuestro tiempo", reflexiona.

Entre las recomendaciones prácticas que sugiere, basadas en evidencias científicas, destacan: evitar pantallas durante las comidas y en los dormitorios, garantizar horas de sueño adecuadas, eliminar el ruido de fondo constante (que afecta al desarrollo de la memoria inmediata) y permitir momentos de aburrimiento y silencio que el cerebro necesita.

La responsabilidad de las empresas tecnológicas y el papel regulador

Aunque Salmerón rechaza la idea de que la tecnología sea intrínsecamente perjudicial, considera improbable que las empresas tecnológicas implementen cambios voluntariamente. "La alternativa es legislar con medidas como las que usamos con la industria farmacéutica, a la que pedimos que demuestre que los productos que saca al mercado no son dañinos", propone, reconociendo la dificultad de regular un sector que evoluciona vertiginosamente.

Respecto al ámbito educativo, la pediatra defiende un enfoque integral: "A los niños no podemos dividirlos en compartimentos. Su educación no es responsabilidad de la escuela, de la familia, de la policía o del vecino; lo es de toda la sociedad". Por tanto, aboga por convertir los colegios en espacios libres de pantallas, apoyándose en la ausencia de estudios que demuestren beneficios de su uso educativo frente a la abundante evidencia sobre sus riesgos.

Perfil profesional de María Angustias Salmerón

María Angustias Salmerón es una reconocida pediatra española especializada en salud digital que ha dedicado gran parte de su carrera a estudiar el impacto de las nuevas tecnologías en el desarrollo infantil y adolescente. Su experiencia clínica tratando directamente con menores le ha permitido observar de primera mano la evolución de los problemas relacionados con el uso excesivo de dispositivos digitales y sus consecuencias en la salud física y mental.

A lo largo de su trayectoria, Salmerón ha participado en numerosas conferencias y debates especializados, convirtiéndose en una referente nacional en la materia. Su enfoque no se limita a alertar sobre los riesgos, sino que propone soluciones prácticas para familias, educadores y profesionales sanitarios, buscando un equilibrio saludable en la relación con la tecnología.

¿Cómo afecta el uso de pantallas al desarrollo cerebral infantil?

El uso excesivo de dispositivos digitales durante la infancia puede interferir significativamente en el desarrollo neurológico. Estudios recientes demuestran que la exposición temprana y prolongada a pantallas puede alterar la formación de conexiones neuronales cruciales para el desarrollo cognitivo, emocional y social. El cerebro infantil, en plena fase de crecimiento, necesita estímulos variados y multisensoriales que las experiencias digitales no pueden proporcionar completamente.

Además, la sobreestimulación digital puede provocar problemas de atención, dificultades para gestionar la frustración y retrasos en el desarrollo del lenguaje. Los expertos recomiendan limitar el tiempo de pantallas y priorizar actividades que impliquen movimiento, interacción social real y exploración del entorno físico para garantizar un desarrollo cerebral óptimo.

¿Qué alternativas existen para un uso saludable de la tecnología?

Para fomentar un uso equilibrado de la tecnología, los especialistas proponen diversas estrategias adaptadas a cada edad. Para los más pequeños, se recomienda priorizar juguetes tradicionales, libros físicos y actividades al aire libre que estimulen todos los sentidos. En el caso de niños mayores y adolescentes, establecer horarios definidos para el uso de dispositivos, crear zonas libres de tecnología en el hogar y fomentar aficiones alternativas resulta fundamental.

Las aplicaciones de control parental y los dispositivos simplificados (como teléfonos básicos sin acceso a internet) pueden ser opciones intermedias para familias que necesitan mantener comunicación con sus hijos sin exponerlos a los riesgos de un smartphone completo. Igualmente importante es el ejemplo que dan los adultos, quienes deberían modelar hábitos digitales saludables y fomentar actividades familiares sin pantallas.

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