TV-Comunicación

Emilio nos deja huérfanos

  • Fallece a los 83 años el payaso Miliki, autor de tantas canciones infantiles que han marcado a los niños españoles desde los 70, cuando se emitía 'El circo de TVE'

Había una vez un país en que la televisión pública, y única, se interesaba por los niños, a los que, con sano interés, se les preguntaba los sábados, o los jueves "¿cómo están ustedeees? Y la respuesta era "bieen", claro, no conocíamos grandes preocupaciones. Todos éramos felices porque comenzaba El circo de TVE (buen nombre para recuperar ahora, como tertulia política). Aparecía Gaby y detrás, de la mano, Fofó, Miliki y Fofito, al son de la orquesta. Eran doctores en remediar tristezas y alegraban el corazón.

Los hipotecados niños de aquella clase media de pantalones cortos y jerséis heredados necesitan que alguien se siga interesando por ellos. Por pudor ahora nadie nos pregunta "¿cómo están ustedeees?". Pocos dirían que estamos "bien", pero recordamos con ilusión naif aquellas tardes televisadas de los payasos. Las guardamos en un estante de porcelana, donde idealizamos a los Infalibles, a los números con caniches obedientes, a las aventuras con el ya superviviente señor Chinarro y cantando cosas sobre una gallina explotada, una niña que escondía un ratón hiperglucémico, un par de tarados que se encontraban por la calle, un coche birrioso y una niña primorosa que después de trabajar durante toda la semana el domingo se tenía que poner a rezar, la pobre. En la mayoría de esas canciones que desde entonces se transmiten de padres a hijos, que han pasado de estar en vinilo a ser descargadas a través de app en el móvil, figura como autor "E. Aragón ", nacido en la localidad sevillana de Carmona el 4 de noviembre de 1929, en plena gira. En la madrugada del domingo se marchaba Emilio Aragón Bermúdez, a sus 83 años recién cumplidos, por la complicación de una neumonía y tras estar los últimos años con un estado de salud muy delicado. Hoy será enterrado, pero nunca se podrá disipar de la memoria a Miliki, el de "se me lengua la traba" y el "naniano naniano" de los disimulos. Emilio, sagaz artista y autor de tantas canciones, nos deja huérfanos; pero Miliki, el payaso que se asomó durante tantos años por la tele, nos sigue despertando una sonrisa, que nos hace falta.

El fallecimiento de Miliki agitaba ayer el corazón y la memoria sentimental a toda España. Su hermano Gabriel, Gaby, un pesimista innato, falleció en 1995 y su muerte pasó un tanto inadvertida en los medios. Nada que ver con la conmoción que supuso en el verano de 1976 el fallecimiento de Alfonso, de Fofó, en pleno auge de El circo de TVE. Aquel fenómeno inesperado que apareció de puntillas en la sobremesa de las vacaciones de Semana Santa del 73, casi como un relleno, venía curtido por un cuarto de siglo en televisión y casi 40 años en pistas y escenarios. Los hermanos Aragón, descendientes de una prolífica saga circense, comenzaron por la arena del madrileño Circo Price a finales de los años 30 y se hicieron un nombre a lo largo de América. Inauguraron en 1949 la pionera Unión Radio TV de La Habana con El Tele Circo y ya en la CMQ cubana crearon Las aventuras de Gaby, Fofó y Miliki. En 1955 también fueron las primeras estrellas venezolanas, en Radio Caracas TV, y en 1957 actuaron en el programa más mítico de la prehistoria televisiva, El show de Ed Sullivan, en Estados Unidos. Huyendo de Castro los Aragón se fueron a Puerto Rico y en 1971 triunfaron en Argentina. Comprenderán que el pelotazo que causaron en la España tardofranquista no fue producto de la casualidad. El ministro de Trabajo de visita en Buenos Aires se encontró con los payasos, fichados de esta manera para su nueva y definitiva aventura. En TVE.

Miliki era el contraugusto de Fofó y cuando falleció este, Emilio, el más listo de la familia, con su acordeón a cuestas, se puso el programa sobre los hombros para que nada se tambaleara. Fofito aumentó su papel y el lugar del payaso cascarón de huevo lo ocupó Emilio Aragón Álvarez, Milikito, que cencerro en mano fue subiendo peldaños mientras contemplaba que El circo de TVE, aquel primer programa español que se atrevió a meter en un plató a un centenar largo de niños, languidecía mientras iban creciendo sus primeros seguidores. El loco mundo de los payasos finalizó en 1983 pero ya entonces no estaba Milikito, que tenía su programa de humor, Ni en vivo ni en directo. En los 90, con su recuperación por las privadas tras ser redescubierto por Canal Sur, Emilio Jr. fundaría una de las grandes productoras, Globomedia, antes de presidir La Sexta.

Emilio Aragón padre asumió los nuevos tiempos y sin perder nunca de vista el tesoro de sus canciones no paró en iniciativas relacionadas con su mundo, como fue El circo del Arte, ya a mediados de los 90. Con anterioridad Miliki había regresado a la tele, acompañando a su hija, Rita Irasema, en el Superguay de Telecinco (sí, Telecinco, que se erige sobre los Estudios Roma donde se hacía el programa del circo, llegó a tener espacios infantiles) y a una nueva y efímera andadura por TVE además de apoyar proyectos como Trilocos en La 2.

El último acto protagonizado por Miliki, embajador de Unicef además, fue en el sevillano Teatro Lope de Vega en la entrega del premio A toda una vida a cargo de la Academia de Televisión. Había una vez un circo, Susanita o La gallina Turuleca volvieron a sonar con fuerza entre un patio de butacas formado por "niños de 30 años", o más, como aludía el disco editado en 2001 en plena pelea familiar con Fofito y los suyos.

Su última aparición en pantalla fue en la película dirigida por su hijo, Pájaros de papel, y anteriormente, en 2008, en otro filme de corte infantil, Carlitos y el campo de los sueños. Emilio padre, orgulloso con su Medalla de Oro de Andalucía en 1999 y de los honores que le ha solido rendir Carmona y Sevilla, nos deja a todos un poco huérfanos en el corazón. Como si nos hubiéramos dado cuenta de que tenemos una edad en la comienzan a faltarnos todos nuestros vínculos con la niñez.

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