"Los actores de 'Mad Men' fumamos perejil en el plató"

Aunque otras series se lleven los premios, Mad Men sigue siendo referencia en la televisión actual, para prestigio de la AMC, la cadena de pago que vino a revalorizar el glamour de los años 60 en la figura de Don Draper y su universo neoyorquino. A los domingos de Sundance Channel en España ha llegado la cuarta temporada de Mad Men, tanda en la que destaca el personaje de Roger Sterling, interpretado por John Slattery (Boston, 1962), el buen amigo de Draper. Este actor, conocido también por Mujeres desesperadas, ha llegado a dirigir varios capítulos ambientados en la agencia que lleva su apellido en la ficción

-¿Cómo le trata sus compañeros de reparto cuando es usted quien se pone en la silla de director?

-Tengo la suerte de que me tratan del mismo modo que si fuese un actor más. En el fondo, eso me desquicia un poco. Elisabeth Moss no me pudo tomar en serio por un tiempo. Es un cambio de perspectiva para ver lo buenos que son ellos en su trabajo. Conocen tan bien a los personajes que basta con que les des una pequeña sugerencia para que hagan lo que pretendes. Y ver a Matt Weiner (el creador de la serie) en este momento de inspiración y en este ámbito que tan bien conoce... Es genial formar parte de este grupo. Todos los diseñadores, el reparto, los productores, tienen un funcionamiento magnífico.

-Usted sabe que Sterling es el personaje favorito para muchos seguidores porque se le reservan algunas de las frases más memorables de la serie ¿le miman, entonces, en el guión?

-Lo mejor es que sólo tengo que ir al plató un par de días a la semana y recitar esas líneas. Jon Hamm tiene que estar allí, hacer todas esas cosas difíciles, todos los días. Bueno, en serio. Es un honor que consideren tu trabajo y tu personaje dignos de confianza, pero hay un poco de presión. Lees las frases y piensas: "oh, cielos, espero no fastidiarla porque el guión es bueno". Sé que es divertido, pero Sterling también es un personaje con mucha humanidad y, cuando piensas que él ya no puede ser peor, hace algo simpático o compasivo. Da una imagen, pero como con todos los personajes de Mad men, si rascas la superficie encuentras algo más complicado.

-¿Cómo sería su comparación entre lo Mad Men y otras series en las que ha intervenido?

-Pues he hecho un montón de cosas que nadie ha visto jamás y también un montón de cosas geniales que nadie verá. Esta serie tiene de los mejores guiones que he hecho y, afortunadamente, se ha hecho famosa también. A menudo haces cosas magníficas que se quedan en el camino y otras que se acotan por todas partes para adecuarlas al consumo masivo y es por esas cosas por las que, en fin, te conoce más gente.

-Le noto pesimista sobre el trabajo de los actores.

-Realista. Este oficio es así.

-Mad Men es la serie de los fumadores ¿son ciertas las leyendas de que en verdad ustedes no fuman tabaco en las escenas?

-Sí, fumamos perejil y además sabe horrible. Los cigarrillos son terribles porque se deshacen. Les das una calada y tienes medio pitillo en la boca y la otra mitad quemándote los pantalones. Debes aparecer tranquilo en escena mientras estás en llamas. Te puedes fumar en el rodaje 30, 50 cigarrillos de perejil. Se te queda el sabor en la boca. Pero es lo que hay, porque no se pueden fumar cigarrillos de verdad dentro del edificio.

-¿Está 'enganchado'?

-Solía ser un fumador empedernido. Enganchado de verdad. Fui fumador durante años y dejé de serlo hace ya bastante tiempo. En realidad, estas cosas que te dan en el rodaje no te hacen volver a fumar en la vida.

-¿Y en lugar de whisky qué beben?

-Pues nada menos que el delicioso sabor de una cebolla en un vaso de agua caliente. Debería usted probarlo. Creo que ahí hacemos las mejores actuaciones.

-Vaya paladar. Y menudo pasado tiene su personaje...

-Mi personaje ha tenido dos ataques al corazón, dos esposas y en esa cuarta temporada de Sundance Channel en España ha decidido abrir su propio negocio. Ahora corro más riesgos porque una sola cuenta es la que genera todos los ingresos. Así que es arriesgado, todo el mundo es consciente de ello y mi situación personal es siempre incierta.

-¿Trabajaria usted para Sterling en la vida real?

-Sí, sí. Lo más difícil sería asumir que se hiciera una opinión inmediata sobre ti. Te clasificaría y tendrías que hacer algo para hacerle cambiar de opinión acerca de ti. Sterling ha sufrido mucho, sabe lo que es servir a su país, como su generación; y ahora, en la historia de la serie, está disfrutando de los beneficios de aquel sacrificio.

-¿Qué supone trabajar con un veterano como Robert Morse, que sí vivió de cerca lo que cuenta la serie?

-Morse ha tenido ya como diez vidas. Le da mucha vida a la serie. Viene y come con nosotros hasta cuando no tiene que rodar, sólo porque le gusta la comida. Se trae una fiambrera gigante de casa, pero come del catering de nosotros. Tiene talento, es divertido y genera vibración a su alrededor.

-¿Cómo dio usted el paso para formar parte de una serie tan arriesgada en su momento?

-A mí no me parecía muy arriesgado porque pensaba: "bueno, nadie la verá. ¿A quién le importa? Es una buena serie, qué caramba... Vamos a hacerla". Así fue.