"En una casa sucia empezaría a devorarme"

En el Channel 4 británico son Obsessive Compulsive Cleaners. Limpiadores obsesivos y compulsivos que en España se convierten en Tú ensucias que yo limpio y que esta noche, a las 10, estrena Discovery Max. Hayley Leitch, equipada con cepillo y mopa, forma parte de un equipo que se enfrenta con toda su fuerza a limpiar y desinfectar las estancias más guarras.

-¿Qué significa la limpieza para usted? ¿Todo a su alrededor tiene que estar limpio?

-La limpieza es una gran parte de mi vida, así que por ejemplo si voy a un restaurante me gusta adelantarme y comprobar que todo está revisado. Si alguien enfermo ha estado en mi mesa antes entonces lo evito, porque me preocupa enfermar o que mis hijos se contagien. Pero ya he aprendido a aceptar el hecho de que no vivo en un mundo esterilizado. No puedo evitar la suciedad y los gérmenes siempre, pero lo intento.

-¿Le ha costado aceptarlo?

-Sí, acepto estar a veces fuera de mi zona de confort, porque no creo que esto sea beneficioso para mí. Pero intento extender mis límites y tener todo limpio a mi alrededor. También tengo a mi marido, que siempre me tranquiliza cuando creo que voy a enfermar y pone orden en mi cabeza. Estamos bien, todo está bien, y al día siguiente me despierto... estoy bien. Lo pienso y me siento feliz al haber comido en un restaurante del que probablemente hubiera huido a más de un millón de kilómetros cuando yo era una obsesa total.

-Tal vez los gérmenes serían su mayor fobia...

-Sí, pero como les he dicho, intento ser razonable y pensar que no enfermaré de cualquier manera. Pero eso no significa que esté cómoda. No pasearía por una granja o algo por el estilo, porque eso me aterroriza. Permitiría que mis hijos se ensuciaran en el campo, pero los bañaría justo después.

-¿Cuánto aguantaría viviendo en una casa sin limpiar?

-No aguantaría mucho. No puedo romper mi conducta compulsiva. Vivir en una casa sucia me volvería histérica, porque empezaría a devorarme y enfermaría. Pensaría que tengo bichos trepando por mi casa. No podría vivir así...

-¿Tolera el desorden? ¿Comprende a los desordenados que saben orientarse en su caos?

-Cuando muevo mis muebles mi mente se dispara porque sabe que están fuera de su sitio. Puede que cuando alguien viene a casa y ve mis muebles le parezca que todo está correcto, pero en mi cabeza sufro y si algo está fuera de su sitio, lo debo cambiar. Y los muebles debo moverlos todas las semanas para eliminar el polvo que no se ve. Cuando estaba mal solía arañar los armarios cuando no los podía volver a poner en su sitio. Luego me sentía muy mal por ello. Así que no puedo comprender a la gente desordenada.

-¿Cómo trabaja en la cocina? ¿Cómo manipula la comida?

-Se puede decir que en la cocina voy a botella de lavamanos cada poco. Cada vez que toco algo, me lavo las manos. Si toco un plato, me vuelvo y me lavo las manos de nuevo, y así todo el tiempo. No me gusta tocar la piel del pollo, porque me preocupa coger salmonela, así que lo manipulo con mucho cuidado. Yo además cocino mucho los alimentos, casi los quemo, prefiero pasarme a que queden poco hechos y peligrosos.

-¿De qué manera afecta su actitud a su entorno familiar?

-Mi familia y amigos no entienden que me pase días en casa limpiando. Pero necesito estar sola y limpiar todo a conciencia, a veces suponía entrar en riesgo de autoexclusión.