“No creo que ‘La señora’ se incline por alguna ideología, sólo muestra hechos”
Adriana Ugarte. Protagonista de ‘La señora’, en La 1
La joven actriz que interpreta a Victoria se enfrenta a las tramas de una segunda temporada de la serie de TVE en la que el personaje deberá “aprender a no sufrir y a no exteriorizar sus emociones”
Esta actriz y estudiante de Filosofía estuvo nominada a un Goya. A sus 24 años, Adriana Ugarte es una de los jóvenes talentos que triunfan en nuestro país, y que, gracias al personaje de Victoria Márquez en La Señora, ha logrado entrar por la puerta grande en televisión. La 1 de TVE ha arrancado la segunda temporada de esta ficción de época que cuenta con más de 3 millones de seguidores. Esta segunda etapa de la serie arranca con el golpe de estado de Primo de Rivera. A Adriana le tocará sufrir como nunca por culpa del triángulo amoroso que forma junto a Rodolfo Sancho (Ángel) y Roberto Enríquez (Gonzalo), y que complica la existencia de su personaje. “A mí no me gusta sufrir tanto” afirma.
–¿Cómo va a encarar Victoria los nuevos tiempos?
–Victoria va a madurar mucho porque va a estar encerrada, literalmente. Pero va a luchar por recuperar su libertad. El problema es que no lo va a conseguir y, entonces, sus prioridades cambian. Y el triángulo amoroso que forma con Gonzalo y Ángel se mantendrá hasta el final, nadie sabe lo que va a pasar.
–Por lo visto en los dos primeros capítulos esta segunda temporada va a ser muy dramática...
–Sí, Victoria va a vivir una etapa de disgustos. Igual que en la primera etapa de hace unos meses veíamos a ella mucho más salvaje y hacía lo que le daba la gana, ahora se va a dar cuenta de que sus actos y decisiones tienen consecuencias, algunas de ellas muy gordas. Y, poco a poco, se va a hacer menos sensible al drama. Le ocurre lo mismo que al espectador cuando ve las noticias, que cada vez le impresiona menos la violencia.
–¿Se vuelve más insensible su personaje?
–Sí, ella va a aprender a no sufrir y a no exteriorizar sus emociones, y actuará así hasta la tercera temporada. Cada vez llorará menos delante de la gente porque exponer sus sentimientos será peligroso para ella.
–¿Cómo lleva personalmente tanto sufrimiento en la ficción?
–La verdad es que meterte en la piel de un personaje que no es de tu época y que atraviesa situaciones tan dramáticas es complicado. Al principio no sabes cómo ponerte en su lugar, pero, desgraciadamente, descubres muchos ejemplos hoy que se parecen mucho a Victoria y lo comprendes. El maltrato, no poder amar a la persona que quieres, renunciar a tus deseos por vivir una vida más cómoda o por ayudar a un ser querido, son cosas que puedes comprender.
–¿No queda agotada?
–¿De sufrir y de llorar? Sí. Lo que pasa es que es por ella. Yo tengo que contar su historia, no me queda más remedio. Pero a mí no me gusta sufrir tanto. Luego llegan tus problemas particulares y no estás de humor para discutir.
–¿Qué referentes tiene para interpretar a una joven de los años 20?
–Observar, preguntar, documentarme, ver películas... Pero, sobre todo, trato de escuchar al personaje, que es lo que intentamos todos los actores. Y, a veces, te acaba hablando y llegas hasta el fondo. Yo he llegado a soñar con Victoria porque me ha calado.
–¿Y se lleva a casa su personaje?
–Es que cuando salgo de grabar tengo que irme a casa a estudiar el guión del siguiente capítulo. Eso sí, si veo que hay un dramón, lo dejo para el final (risas). Intento no llevarme el personaje conmigo.
–¿El drama de Victoria le hace ver la vida de otra manera?
–No y mira que lo intento. Queda bien decir que el personaje me ha enseñado esto o lo otro, pero, cuando me pasa una cosa realmente gorda, se me olvida todo. Eso sí, ya no me enfado tanto y trato de no discutir. Pero es que yo soy muy exagerada, todo se convierte en un drama.
–¿Cree que ‘La señora’ es fiel al periodo de la historia en el que está ambientado?
–Yo creo que la historia es la historia. Los que no vivimos en aquella época no lo sabemos, e historiadores y puntos de vista hay muchos. Pero los hechos fundamentales, los que son objetivos, sí coinciden. No creo que La señora se incline por una ideología u otra, sólo muestra hechos y los cuenta en función de las diferentes ideas de los personajes. De todas formas, La Señora no es un documental y el contexto histórico es sólo una excusa para contar una historia de amor.
–Respecto a la mujer ¿ha cambiado tanto la sociedad en estos 80 años?
–No, para mí no ha cambiado tanto. Es un tema que discuto mucho con mis amigas. La mujer está más integrada, vota, tiene sus negocios, tiene más oportunidades, pero todavía hay muchas diferencias. De hecho, creo que hay una falsa integración porque muchas mujeres lo que hacen es reproducir un rol masculino. Hay mucho machismo entre las mujeres y es lo que más me disgusta.
–Durante el rodaje de esta temporada se lesionó en un pie ¿ya está recuperada?
–Sí, ya estoy mucho mejor. Ha sido muy duro venir a trabajar así porque se ha tenido que cambiar el plan de rodaje. Hay escenas en las que lo lógico sería salir corriendo y no puedes, y eso cambia el sentido de la escena. Pero me ha enseñado mucho. He tenido que estar mucho más contenida, recurrir a los gestos y expresar todo con la mirada. Ha sido una cura de humildad
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