Israel y su (casi) siempre polémica participación en Eurovisión: de impulsar la retirada de países árabes al gesto de Madonna hacia Palestina

Desde su debut en 1973, la presencia israelí en el certamen musical ha estado cargada de controversia política en numerosas ediciones

Los conflictos con Palestina o Siria han estado presentes a lo largo de la historia del festival.

El Consejo de Administración de RTVE ha aprobado este martes retirar la candidatura de España en Eurovisión si participa Israel. Esta decisión llega después de que la radiotelevisión pública emitiera un mensaje en solidaridad con Palestina durante la retransmisión de la última edición del certamen. Cabe recordar que RTVE también solicitó a la organizadora del festival, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), una revisión del sistema de votación, que en 2024 y 2025 alzó a Israel como subcampeona y ganadora del voto popular, respectivamente.

España es el primer país del Big Five —quienes aportan más dinero y siempre están en la final— en tomar esta determinación, en línea con las televisiones de Eslovenia, Irlanda, Islandia y Países Bajos, que también se retirarán si continúa participando Israel. La dirección de Eurovisión ha relegado a diciembre el plazo para confirmar la participación en el festival con motivo de este debate ligado a la guerra de Gaza.

Eurovisión ha estado históricamente salpicado por los conflictos geopolíticos en Europa y parte de Oriente Medio. De hecho, la polémica participación de Israel cuenta con algunos antecedentes similares.

Turquía y Marruecos regresaron al festival tras su retirada

Israel debutó en Eurovisión en 1973, un año después de los atentados perpetrados por la Organización para la Liberación de Palestino en los Juegos Olímpicos de Múnich. En 1978, logró su primera victoria con el recordado A-ba-ni-bi de Izhar Cohen y Jerusalén se convirtió así en la sede del festival en 1979, lo que precipitó la retirada de Turquía, que a pesar de haber seleccionado ya su candidatura, terminó cediendo a las presiones de los países árabes.

La televisión israelí volvió a ganar Eurovisión en 1979 con la canción Hallelujah, sin embargo, renunció a organizar y participar en la edición de 1980 al coincidir con el día de la conmemoración del Holocausto judío. El festival acabó celebrándose en La Haya, con el retorno de Turquía y la primera y única participación de Marruecos en el festival hasta la fecha.

De pedir la paz con Siria a censurar el conflicto con Palestina

Más recientemente, en el año 2000, los representantes israelíes del grupo PingPong ondearon las banderas de Israel y Siria al grito de ¡Paz! tras finalizar su actuación. La ocupación israelí de los Altos del Golán en 1967 y el apoyo de Siria a Hamás o a las milicias libanesas de Hizbulá fueron los principales escollos en las relaciones entre ambos países durante décadas.

La de 2005 fue otra edición marcada por la polémica. Kiev acogía el festival, apenas unos meses después de la Revolución Naranja. Asimismo, aquel año estaba previsto el debut de Líbano que, aun habiendo elegido canción e intérprete, el país finalmente se retiró debido a que su legislación prohíbe la retransmisión de contenido relacionado con Israel por televisión.

Años después, en 2007, la UER aceptó la controvertida canción israelí titulada Push the bottom, que aludía a una hipotética guerra atómica en tono de sorna, a pesar de que la normativa del festival prohíbe la canciones con mensaje político.

La última polémica antes de la invasión de Gaza llegó tras la última victoria israelí con Netta y su Toy en 2018, que algunas voces calificaron como el éxito de una estrategia de pinkwashing. Tel Aviv acogió el certamen en 2019 y, durante la actuación de Madonna como artista invitada, aparecieron dos de sus bailarines abrazados con las banderas de Israel y Palestina. Mientras, a los representantes de Islandia se les confiscó un estandarte con la bandera palestina que mostraron a cámara durante las votaciones.

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